Jornada “Contra la loca e injusta discriminación”: Carta abierta a la comunidad
Somos lo que somos. Tan solo somos, eso. Otro cosmos. Otro polvo nos forjó los ojos, los “locos” solo somos otro cosmos, con otros otoños, con otro sol. Nos tocó en suerte, eso, lo que somos. No somos menos ni más. Diferentes. Aunque no somos lo morboso, solo somos otros.
Somos a-normales, claro. “Normalidad” es seguir la norma. No podemos seguir la norma de los normales.
No somos malos ni buenos, somos de otro jeito, otro viento norte nos rozó la cara. De otra manera, distinta, diferente. Para algunos, siempre fue así, para otros, la cosa empezó después. Pero de antes o de ahora… siempre fuimos frágiles, y fuertes en otras ocasiones.
Humanos somos, compartimos la condición humana con sus oscuridades y sus alegrías. Y así es como nos deberían tratar. Como iguales y como diferentes. Iguales en derechos y deberes (limitados por nuestras limitaciones, que van más allá de nuestra voluntad) y diferentes por nuestra otra manera de comportarnos.
Lo cierto… es que necesitamos afecto. Necesitamos amor. Necesitamos comprensión. Necesitamos que se nos respeten. Necesitamos que no se nos discrimine. Ni en la calle, ni en las plazas, ni en los ómnibus, ni mucho menos en nuestra casa. Anduvimos viajando por otro cosmos. Nosotros somos lo que somos. Un otro cosmos.
A todos ustedes: familiares, amigos, vecinos, pareja, compañeros, colegas, queremos decirles que los necesitamos, sin juicios ni prejuicios.
Les queremos dejar testimonios anónimos de algunos usuarios del taller, no para que nos vean como víctimas (a veces lo somos, pero no siempre), sino para que sepan cómo algunos de nosotros sentimos:
– Mi familia me trata diferente y me deja a un lado. Un día vino mi hermana al taller y comentó: “che, lo que parecías al lado de aquella loca”.
– Mis hijos me tratan mal solamente porque me gusta namorar y bailar.
– Un día cuando tuve que frecuentar al psicólogo y al psiquiatra hasta el punto de tomar medicación para dormir y salir del estado de depresión mayor, me sentí muy discriminada con la familia, amigos y hasta en el trabajo. Me supero día a día gracias al taller de rehabilitación.
– Fui discriminada por mi cuñada y me expulsó de su casa en un momento que precisaba apoyo familiar ya que estaba muy deprimida por…
– Cada vez que voy a buscar trabajo me miran con indiferencia y me discriminan.
– Una vez mi hermana fue a hablar con mi ex pareja y me enteré que la hermana comentó que yo era colifa. Me sentí mal, angustiada, porque eso salió de mi hermana.
– Sufría de ataques, tuve muchos meses sin cobrar la pensión y ahora me encuentro bien. La gente me ve raro, me deja de lado, de un costado y no me dan importancia.
– El rechazo por venir a siquiatras y tomar medicación me llamaron de retardada en varias ocasiones.
– Yo tuve discriminación en mi familia, por influencias de mi madre, me discriminaron a mí. Me siento, poca cosa, no haber hecho nada. Dejé las pastillas, me siento mejor. No quiero volver a tomar pastillas. Me siento una persona sin nada.
– Varias veces me sentí discriminado por la sociedad en general, ya sea síquicamente o físicamente. Mi familia me dejo de lado a causa de mis problemas. No me ayudaban cuando necesita.
Estas son algunas de nuestras “historias”. La marcha y la actividad a la que estamos convocando para el domingo 6 de diciembre “Jornada Binacional contra la Loca e Injusta Discriminación” (https://www.facebook.com/events/474523596053527/) tiene como objetivo poder conocernos y reconocernos entre los que hacemos parte de esta querida frontera Riveramento.
Mirarnos a la cara, sin máscaras, con verdad, sin prejuicios y sin discriminación.Rivera, diciembre de 2015.
Usuarios del Taller de Rehabilitación Psíquica – Patronato, Hospital Departamental de Rivera