Rivera, domingo 17 de noviembre de 2024

Liberdade no Futuro

I
Cine documental y documento de la barbarie desatada a lo largo de tres décadas contra el MST. Pero también documento sensible (no sensiblero), del cotidiano de las familias asentadas no Cerro dos Munhos a poco más de 20 kilómetros del centro de Sant’Ana do Livramento. De su lucha por la tierra, por la libertad, por los derechos humanos, como el derecho a tener una tierra para trabajar y llamarla “nuestra”.
La justicia debe dejar de ser ciega, e inclinar su balanza en favor de los más vulnerados, de los más desposeidos. De los oprimidos por el patriarcado, dueño de la tierra, de la política y la libertad de los demás.
Los ciudadanos probos, llamados por los alcahuetes, por los ignorantes o simplemente por los bolsonaristas de plantón, en la ciudad y en la zona rural con títulos nobiliarios de: “señores”, “coronéis”, “dotores”, serán algún día olvidados y merecerán, si es que algo merecen, la eternidad de su tumba. Por qué de ellos podrá ser la tierra y el capital, pero jamás el reino. El reino, será el que pisamos, o no será. “Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino” (San Marcos 10, 25).
“Liberdade No Futuro” construida contra el reino del oprobio, la infamia y la injusticia, se puso de pie gracias a la solidaridad mutua de los asentados y a los compas fronterizos que se la jugaron y los abrigaron.
William Faulkner (genial escritor y poeta, norteamericano) escribió que: “El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado”. Desde este pasado, narrado por JN Canabarro y Renatho Costa, se despliegan vidas llenas de historias, pasado que renace en el verbo de Carmen, Oliva, Vicente, Marli, Otilio, Cleide y una caterva de compañeros y compañeras con quienes tenemos el privilegio de compartir lucha y pan (y esto no es un mero giro de lenguaje).
El pasado vuelve como espectro, como el espectro de Hamlet, y la cámara lo registra y lo religa al momento original, a través del recuerdo, con un ritmo adecuado, con planos amplios (como la filmación con drones) y planos secuencias que atrapan. Los retratos (primer plano), los ojos (primerísimo plano), refuerzan la emoción que fluye, espontanea, gracias al testimonio desgarrador (como cuando los milicos los rodean en una manifestación y les pegan palo y palo y los prenden) o en la última escena donde el fútbol es una metáfora de la potencia de la alegría y la fiesta de una comunidad que resiste e insiste.
Son casi dos horas donde la atención y los afectos son efectos de la identificación de la que afirmaba Aristóteles en su “Poética” en relación al teatro trágico. Y entonces nos entregamos a una pequeña catarsis, casi participando de esa lucha, del asentamiento, del MST. Allí en la noche fresca, y a punto de caer una brutal tormenta sobre nuestra humanidad.
El pasado, al encenderse el proyector, es presente. Presente tensionado hacia adelante, como la libertad siempre, embarazada de futuro.

II
Verónica, mi compañera, escribió: “Ontem fomos ao Centro Universitário de Rivera, assistir ao imprescindível “Liberdade no Futuro” filme do José Newton Ribeiro Canabarro e Renatho Costa sobre os 30 anos do Assentamento do #MST, o mais antigo da região de Santana do Livramento.
Ouve uma riquíssima conversa com os diretores, logo após a sessão.
Pra quem quiser assistir o filme, pode-se comunicar com eles que de muito bom grado eles aceitam convites pra exibições comunitárias”.
Enio José Bohnenberger, de Belo Horizonte (Minas Gerais), comentó el post de Vero: “Muito significativo. É uma história bonita que dá orgulho. Como disse o poeta: ‘somos esse movimento por fora e por dentro na cor, que se faz com a bravura, a força, e a ternura do trabalhador’”.

III
El proyecto por el cual fuimos convocados se llama “Cine Pipoca” y cuenta con una frecuencia semanal, en la sede del CenUR Noreste.
Desde que se instaló el CUR en Rivera (supe ser uno de sus estudiantes, participando de algunos módulos experimentales, con profesores de la Escuela Nacional de Bellas Artes) habitamos un galpón de madera, atrás de una casa de material, donde se daban los otros cursos, en calle Sarandí, casi enfrentado a lo que hoy es el supermercado Ta-Ta.
“En cuanto a la inserción local, se destaca la conformación de un espacio territorial interinstitucional llamado Polo de Educación Superior de Rivera, donde la Udelar interactúa compartiendo infraestructuras y recursos para conformar un campus de formación sin precedentes en el país”. Freitas, G. (2019).
Esperemos que la comunidad fronteriza y la comunidad universitaria se encuentren más veces, y logren generar más proyectos culturales de extensión, como lo es el “Cine Pipoca” (aunque faltaron, sin aviso, las pipocas, que fueron substituidas, por galletitas, con las que fuimos generosamente invitados).
También faltaron más presencias. Fuimos pocos, muy pocos. Pero de eso sabemos, quienes trabajamos en la cultura y el arte, la dificultad que resulta la convocatoria. Y que el desinterés (por los motivos que sean, muy justos unos, otros, no tanto) cunde entre el estudiantado y entre los docentes. Claro, es más fácil convocar a cientos para un baile de la primavera. Seguir, buscar, planificar, crear nuevas estrategias, con ingenio e imaginación. Los y las estaremos apoyando.
Resultó, por demás, curioso o una feliz coincidencia (¿otra hipótesis?), de que el CUR y “Liberdade no Futuro”, cumplan los mismos 30 años de presencia y de lucha.

Deja un comentario