El oficio de ser el “cuenta historias”…
(Por Ariel Rodríguez) El viernes Carlos me avisó que el “Flaco” Lima anda de nuevo de “paseo” por COMERI, de puro “contra” que es. Justo sobre la fecha del periodista en nuestro país, justo él que es un referente en este nuestro oficio. Justo él que sabe tanto de esto.
Ayer fue un día especial, con la familia, pero también recorriendo este trayecto que he elegido en esto de las comunicaciones, que no es ni el más largo, ni mucho menos el mejor, es nada más que eso un trayecto de vida querido, elegido y abrazado con todo el fervor y amor que una vocación puede darnos.
Justo domingo día del periodista y justo el “Chumbo” fue el primero en acordarse en mandarme un abrazo, justo él con quien hemos compartido tanto camino. Justo él con quien hemos compartido tanta lucha cotidiana, la mayor de las veces por esas malditas monedas y después vinieron otros saludos de tanta gente que se acuerda de uno.
Pero claro fue inevitable tomarme algunas por nosotros, los cuenta historias del pueblo, los que andamos peleándola detrás de la nota, desde ese Maestro que ha sido el Flaco, pasando por el Chumbo, el Gordo, Rosa, Fernando, Luis Carlos, Freddy, el Magro; el Flaco Adrián, Carlos, Andrés, el Beto, el Yeffo o el Querosen, hasta los “novatos” como el Jhonny -para la mayoría Washington-, Patricia o la gurisa de Mateos.
Y claro que me puse a pensar que es este oficio que he elegido y que ha sido sustento de mi familia y me gustó saber que vivo de lo que me gusta, de lo que amo. Y también me puse a pensar en la responsabilidad que tenemos quienes andamos en esto. De la poderosa arma que manejamos desde el teclado la cámara o el micrófono, de cuanto somos capaces de influir para bien o para mal en nuestra comunidad y otra vez me acordé de tantas enseñanzas del Flaco y de la falta que nos hace contar un poco más sobre esa Rivera llena de cosa buenas, desde sus Olinthos, Bisio o Lalo de su historia, hasta sus Jhonny de hoy.
Y me acordé cuando nos miran con mala cara cuando andamos detrás de una noticia que involucra a veces situaciones personales. Y me acordé de tantas cosas buenas que me tocó contar y de tantas otras feas en este camino.
Y se me ocurrió que si algún día me animo voy a decirle a los “novatos”, que esto de elegir el oficio de comunicador, nada tiene que ver con el poder, debe estar bien lejos de la soberbia, que no somos jueces, ni mucho menos dueños de la verdad, que somos nada más que obreros responsables de contar la historia cotidiana de nuestro pueblo, en definitiva la nuestra y nuestra familia.
Y se me ocurrió que se trata de un lindo oficio. Lleno de responsabilidades, igual que el del carpintero, mecánico o portero. Inevitablemente me acordé de aquellos que desde el mal uso de su poder circunstancial quieren que seamos sus ovejas de turno y también me acordé de aquellos que han sabido respetarnos.
Y ya cuando me serví la última me acordé de otros referentes como los Rik, o Victoriano. Y me acordé de las “brigadas” del ’59 o el Lisado y se me ocurrió que es mucho lo bueno que podemos hacer y otra vez se me ocurrió que es lindo haber elegido este oficio de periodista.