Rivera, jueves 12 de diciembre de 2024

El largo camino de una historia que parece tendrá final feliz

El bebé abandonado días atrás en predios de INAU, ha regresado allí, luego de un pasaje por el hospital local, de donde regresó llamándose Juan Pedro, por decisión de las enfermeras que con todo cariño y esmero cuidaron de él. Claro que todo esto en los hechos, pues su caso aún es motivo de estudio en estrados judiciales.
Recordemos que “Juan Pedro” fue abandonado en uno de los jardines del hogar infantil de la calle Atilio Paiva y Lavalleja. Vestía un conjuntito celeste y blanco y estaba envuelto en un reboso de color blanco, sin signos de violencia o maltrato.
Informada la policía, comenzó las actuaciones de estilo, intentando identificar el lugar de su nacimiento. Luego de algunas horas de trabajo quedaba claro que el niño no había nacido en ningún centro asistencial de nuestro departamento, la hipótesis que el parto se hubiera realizado en Livramento era cada vez más fuerte. La identificación de una pequeña cirugía en una mano, con evidencias claras que había sido realizada por un médico terminó por traer certezas en ese sentido.
Según Estela Goldaracena, Jefa Departamental del INAU, en estos casos se inician los trámites correspondientes para la adopción del menor, luego de un proceso que puede demorar más de dos años. Incluso la ley prevé el arrepentimiento de la madre natural del niño, durante ese período, por lo que el proceso es demorado.
En definitiva, el miércoles, quedó confirmado que “Juan Pedro” nació el 14 de junio en la Santa Casa de Misericordia, en la vecina ciudad de Livramento.
La doctora que asistió el parto, brindó datos de la madre, quien se trata de Gisele Almeida Lima, de 25 años de edad, la que hasta ayer no había sido ubicada por los efectivos de la Policía Federal, que es quien tiene jurisdicción en el caso.
El niño no fue registrado, pues el sistema es diferente al imperante en nuestro país, por lo que no tiene un nombre desde el punto de vista legal.
La situación, ahora, no es para nada sencilla. El primer problema que se presentó fue la propia identidad del niño, incluso para caratular el expediente formado. A pesar de nuestra convivencia como hermanos y que tan sólo nos separa una calle se hace necesario, examinar todos los acuerdos y tratados de Brasil y Uruguay para determinar que procedimiento seguir. Queda claro que muchas veces esa calle, se hace mucho más ancha, que lo que normalmente es en la vida cotidiana de vecinos de una y otra ciudad.
Todo se complica aún más, en caso de que un ciudadano brasileño lo reclamara como hijo, en este caso si no la madre podría hacerlo el padre o alguno de sus abuelos.
Otro elemento a tener en cuenta es que para la ley uruguaya, abandonar a un niño es delito, lo que determina la intervención, de un juez penal.
La constatación, que Juan Pedro es un ciudadano extranjero, demostró que existen hipótesis sobre las que nunca se trabajó, desde el punto de vista legal.
El Dr. Federico Tobías, es el magistrado que ha tomado cartas en el asunto, junto a la Dra. Gabriela Rodríguez, quien actúa como Jueza de Familia.
Muchas familias de todo el país, han hecho contacto con el INAU a efectos de interesarse en la posible adopción de Juan Pedro, pero evidentemente habrá que aguardar por los trámites legales, que en este caso no son los de estilo, lo que significa un esfuerzo mayor, para los magistrados actuantes, por lo inusual del mismo. Juan Pedro está vivo, goza de buena salud, ha sido portada de los principales medios de comunicación locales y nacionales. Hay muchas familias dispuestas a recogerlo y darle el amor que se merece. Todos deseamos entonces, que la suya sea una historia con final feliz.

Deja un comentario