Rivera, sábado 21 de diciembre de 2024

Denuncian discriminación en casino de Rivera

“Esos aspirantes presentaron certificados falsos o adulterados”, dijo el Director Nacional de Casinos, Javier Chá, acerca de la denuncia de funcionarios riverenses. En ese departamento, se acusa al organismo de excluir a varios aspirantes a crupier de manera ilegítima.
Cha se refirió a las denuncias surgidas en las últimas horas desde fuentes sindicales del Casino de Rivera. Marco Da Rosa, empleado y afiliado al sindicato, había declarado a la agencia noticiosa Efe la exclusión de seis aspirantes crupier en dicho establecimiento. “Hace unos diez días el director de Casinos del Estado, Javier Cha, mandó medir a algunos aspirantes que según él no llegaban a la altura correspondiente”, declaró el empleado, agregando que a dichos aspirantes se los midió “usando como referencia una tapa de CD”.
En primera instancia, Cha recordó que la estatura mínima de 1.70 exigida para la labor de crupier “no es un designio de última hora de la Dirección Nacional de Casinos, sino algo que establecido en las bases del llamado a aspirantes desde el primer momento”. El jerarca agregó dichas bases “fueron explícitas e igualmente públicas”.
Respecto al origen de la exigencia, señaló que “no es una cuestión antojadiza ni que pretenda discriminar a nadie, simplemente se elige gente con la altura necesaria para cumplir eficientemente con la tarea, y que luego no redunde en lesiones físicas para quienes trabajan allí”. No es un debate ingenuo para ver si se discrimina o no se discrimina, se trata de una tarea, como tantas en la sociedad, cuya naturaleza impone ciertas condiciones físicas”.
En concreto, la tarea de crupier necesita de “una talla mínima indispensable, para poder alcanzar las fichas al otro lado de la mesa sin acostarse encima”.
Este tipo de limitaciones “no las inventamos ni es una arbitrariedad de la Dirección. Si no las cumplimos, como ocurrió en el pasado, luego operan en contra del Estado, porque los funcionarios tiene que trabajar en puntas de pie, sufriendo lesiones en las piernas o en la columna, por lo que terminan siendo asignados a otras tareas diferentes d aquella para la que se los contrató”.
En cuanto a la acusación de utilizar como patrón métrico un estuche de CD, Cha aseguró que “me parece irrelevante y anecdótico”, y agregó que si bien -y por razones obvias- las mediciones no fueron realizadas por él en persona, “parto de la base de que se hizo con la suficiente prudencia y garantías” por parte de los funcionarios riverenses.
Para Cha, la denuncia de los funcionarios responde a “una confusión y el despiste que tiene el gremio de trabajadores especializados” que conforman el 15% del funcionariado del establecimiento norteño.
En opinión de Cha, dicho gremio “debería preocuparse por algo mucho más importante”, como la autenticidad de los datos presentados por los aspirantes de la polémica, que “también están quedando desafectados del concurso para ingresar a la función pública en un casino del Estado, por ejemplo por presentar certificados falsos”, ya que para acreditar las condiciones físicas exigidas por las bases, se pedía certificado médico. “Estos aspirantes presentaron certificados falsos o adulterados. También se les pedía declaraciones juradas”, cuya información también sería falsa, al menos en lo que a la estatura respecta.
“Es muy difícil pensar en incorporar a la función pública a personas que en su primer contacto con el Estado, agreden principios básicos y elementales como la verdad y la transparencia”.
Si dichos aspirantes fueran igualmente contratados “violaríamos el principio de igualdad de los concursantes, ya que muchos no fueron seleccionados por otros motivos, y no tenían ningún problema con la estatura. Estos seis nos mintieron, sería un sinsentido incorporarlos de todas maneras”, concluyó.
El casino de Rivera, que este año inaugurará nuevas instalaciones gracias a la inyección de capital privado argentino, inició hace un año la selección de nuevos trabajadores con esa premisa y hasta hace poco 32 personas participaban en la fase final del proceso de capacitación.
Fuente: Montevideo Portal.

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