Tiempo de elegir
(Por Ariel Rodríguez) Ya elegimos Presidente, Senadores, Diputados y como siempre, como es nuestra costumbre lo hicimos en paz y concordia.
Los riverenses fuimos a las urnas y cumplimos el mandato democrático.
Sin embargo en este país rabiosamente centralista y centralizador, quinientos kilómetros del centro de poder pueden ser demasiado, tanto que las figuras del Presidente, sus Ministros y jerarcas, más allá del partido de turno, se nos hacen distantes, casi, casi inalcanzables.
Es con el Intendente, los Ediles, el contacto directo que tenemos con el gobierno -lo tendrán ahora quienes tengan Municipios-, con el estado.
Sus soportes son vecinos a los que en la coincidencia o discrepancia, conocemos, sabemos quienes son y hasta si hacemos un esfuerzo recordamos el nombre de sus padres.
Mañana entonces elegimos a esos vecinos con quienes tendremos el contacto diario, cotidiano, a quienes realzaremos nuestras demandas inmediatas.
Está en nosotros decidir quien de los diez será el Intendente, quien comande el Gobierno Municipal o Departamental y también debemos ser cuidadosos al decidir sobre quienes ocuparán una banca en la Junta Departamental, no olvidemos que esa es la otra pata del gobierno.
Es en vano ser cuidadoso sólo en la elección del Intendente y luego reclamar durante cinco años por los desaciertos de los Ediles.
Una vez más, por decisión nuestra, por que así lo quisimos los uruguayos todos o al menos la inmensa mayoría y no un grupo de iluminados, somos soberanos de decidir nuestro destino, ahora el de la aldea, el gobierno inmediato, el que tiene que ver con las cosas sencillas de nuestra vida diaria.
De nosotros y sólo de nosotros dependerá quienes serán los ciudadanos que conduzcan el barco.
Ojalá que una vez más demos un ejemplo de cultura cívica, de convivencia pacífica y respetuosa.
Claro que cada uno pondrá todo su empeño en defender su propuesta en intentar hasta el último segundo que el voto sea para su candidato y que bueno es eso, es la propia esencia de la democracia, esa que se hace más grande en el trabajo humilde de los delegados, del joven que reparte las listas, del dirigente de barrio que se encarga de hacer los refuerzos, de llevarle a sus correligionarios, el café, refresco o el agua para el mate.
Mañana el paisaje de todo el departamento se verá como un verdadero caleidoscopio, estará pleno de colores y tendrá sus mejores colores, pues estaremos ejerciendo en plenitud nuestro derecho más sagrado: estaremos una vez más decidiendo.
Que sea en paz y armonía y gane quien gane: suerte, que siempre hace falta en la vida y éxito que es el fruto del trabajo.
Hoy no me sirvo otra, esta vigente la veda, pero igual, ¡salud!