Los Illuminati y la política actual…
(Por Rosa Dutra) Tanto se habla de los programas de gobierno, de como será el nuevo gobierno, de las ideas de los políticos aspirantes, de los cambios que desean para el país, pero después de las elecciones casi todo lo prometido no se cumple.
Hay grupos políticos que dicen estar desconformes con la economía, con la globalización, con los gobiernos anteriores, con el sistema capitalista y pregonan cambios radicales donde las clases de abajo tendrán equidad, fomentan la holgazanería, pretendiendo darles condiciones para que se olviden de trabajar.
Hay otros políticos que prometen que si triunfan, la propiedad privada no tendrá valor en la sociedad, las familias tradicionales o el concepto de estas no tendrán valor, el gobierno organizado de siempre no será igual.
Mucha gente se pregunta, ¿con esos nuevos conceptos hacia que régimen iremos? ¿Cómo será nuestro futuro?
Pero pocos saben que esas ideas fueron nacidas en un grupo que aún mucha gente no conoce o ignora su existencia, y esa secta que parece nacer de libros best seller o películas que revolucionaron el mundo, existió y es la de los Illuminati.
¿Quienes son -se preguntarán-, de dónde vinieron y cuáles eran sus objetivos?
Nacieron un 1 de mayo de 1776, de la reunión de un grupo de hombres que se unieron en un bosque de Baviera (sur de Alemania), para celebrar su unión y jurar lograr sus objetivos. Así nació la Orden de los Perfectibilistas o la Orden de los Iluminados de Baviera, o simplemente los Illuminati, convertidos más adelante en la más poderosa de las Sociedades de la antitradición. Su fundador fue Adán Weishaupti.
Como todas las organizaciones secretas, el grupo funcionaba de acuerdo a la técnica de Círculos concéntricos o “capas de cebollas”, donde un iniciado adquiría más información, a medida que probaba su utilidad y su fidelidad y en consecuencia ascendía en la jerarquía. Algunos francomasones se unieron a ese grupo y también integrantes de clases poderosas.
En 1784 fueron perseguidos y prohibidos de actuar, fue así que su labor se realizó a través de las Logias Masónicas de Europa y América.
Su camino fue contrario al Cristianismo y al Judaísmo, uno de sus símbolos fue la famosa Pirámide con un ojo abierto (el ojo que todo ve).
Buscaban cambiar el orden reinante por otro nuevo, para conducir a la humanidad hacia una era de Paz y prosperidad racional.
Cada hombre importaba como los demás, sin distinción de credo, raza u oficio. Deseaban la aniquilación de los gobiernos organizados según el antiguo régimen.
Deseaban abolir la propiedad privada para individuos y sociedades, suprimir los derechos de herencia en todos los casos; destrucción del concepto de patriotismo y sustitución por un gobierno mundial, desprestigio y eliminación del concepto de familia clásica, prohibición de cualquier tipo de religión tradicional.
Sus integrantes permanecen activos en la actualidad y permanecen activos hasta el final de sus vidas, sea en su labor, en sus logias masónicas de América, Europa o cualquier lugar del mundo, influyendo en los acontecimientos del siglo en el silencio y en secreto, ya que no se identifican, se infiltran en los gobiernos y en instituciones públicas y privadas.
Frente a este panorama que leyendo o analizando puede resultar absurdo, nos preguntamos si en nuestro país existen, están infiltrados en la política, sus ideales u objetivos figuran en programas de gobierno.
Solo el tiempo contestará estas interrogantes o los hechos que sucedan darán o no la razón, basta solo reparar más en lo que nos presentan y deducir.