Sencillamente inexplicable

Hay cosas que realmente sobrepasan los niveles de comprensión que el común de los ciudadanos podamos tener, como integrantes de una sociedad que se dice organizada y que la sensación que uno tiene es que cada vez se hunde más en un verdadero caos, en un profundo pozo en donde se pierden de vista los límites, las nociones mínimas de autoridad, en donde parecería, lamentablemente, ya no existen referentes.
Es natural que uno se pregunte entonces, ¿hasta cuando? Pero principalmente, ¿cuál es el camino para salir?
Vivimos tiempos electorales y mientras del lado del gobierno se tiran responsabilidades a la oposición y hasta los medios de comunicación, ante esta increíble situación de inseguridad, desde la oposición tampoco surgen propuestas claras para solucionar el problema.
Quizás las soluciones vengan, cuando el sector político entienda que no se trata de un problema de oposición y gobierno, cuando se acepten errores y no se pretenda echar culpas a los medios.
Cuando comprendan que el problema es real y nos afecta a todos y por ende es un problema de todos los uruguayos.
Cuando entiendan que los códigos cambiaron, que nos acecha la pasta base y quien la vende es un potencial homicida.
Cuando abran sus cabezas un poco más allá de sus cargos o de su apetencias de llegar al poder y logren sentarse en torno a una mesa para discutir un problema que es profundo y polifacético, quizás ese día comencemos a recuperar el país manso y tranquilo que estamos perdiendo.
Ayer por la mañana, docentes funcionarios, padres y alumnos de la Escuela 45 se encontraron con un panorama desolador, al toparse con la situación de un nuevo robo contra el centro educativo. Se llevaron alimentos, utensilios, artefactos y otros efectos que estaban en la cocina.
Se sienten superados, entregados ante semejante situación y uno naturalmente se pregunta ¿por qué?