Rivera, jueves 21 de noviembre de 2024

Solo el fútbol lo hace posible…

El fin de semana estuvo marcado por la presencia de un equipo de Porto Alegro en nuestro medio. Se trata de Peñarol portoalegrense, con una historia de poco menos de un año y que ha venido a conocer al Peñarol riverense, que fue quien lo recibió.
Martín Cuello y Valmir Shervensky fueron los artífices de esta reunión, que en principio marcó lo protocolar de la presencia de los dirigentes y mentores del Peñarol portoalegrense.
Y el cimiento no podía ser otro que la presencia de un hijo de uruguayo, que anduvo corriendo por Rivera Chico y que luego se fue de nuestro medio, pero quedó con la sangre charrúa metida en sus venas.
Y a pesar de la cantidad de años que pasaron, pudieron concretar el sueño. Hoy Peñarol de Porto Alegre no es solamente un equipo de fútbol donde el más joven tiene 43 años y el de mayor edad, más de sesenta y se reúnen para jugar en los alrededores, pero sabiendo que lo más importante es el “tercer tiempo”.
Por eso, al día siguiente las delegaciones de jugadores llegaron a nuestro medio y jugaron ante el Peñarol local en el Parque “Pedro Maciel”. Pero, mucho más que eso, la directiva de Peñarol, encabezada por Mario González, estaba rodeada de varios jugadores del pasado; todos ellos, en alguna oportunidad, salieron campeones con la camiseta aurinegra.
Y los brasileños quedaron prendados con los relatos, las anécdotas, los gratísimos recuerdos de ver allí, en la misma mesa, a expresidentes de Peñarol como Javier Berruti, Mario Lotito, el Dr. Roque Cardozo y Juan Eduardo da Cunha y una rica historia de jugadores como Carlos Enrique Wallace, Rogelio Rivero, Omar Eulogio Freire, Washington Alfonso Rivero, Gustavo Ariel Estévez, Luis Fernando Nunez, Fabián Rivero, Víctor Payret, Valmir Shervensky y Martín Cuello.
Momentos de mucha emoción, momentos de entregas de recuerdos de un lado y del otro, pero mucho más que todo, momentos del reencuentro con las raíces y una frase dicha por el mentor del Peñarol portoalegrense nos quedó rondando la cabeza y hasta hubo una promesa formal que sería el título de esta nota porque es la realidad y todo esto “solo la pelota lo puede”…

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