Rivera, viernes 29 de noviembre de 2024
Suplemento “El Deportivo”:

Repaso anual: Sarandí “paseó” por la “B” y Peñarol dominó en los torneos locales

Un apretado resumen de la actividad del fútbol riverense en la presente temporada nos muestra dos hechos realmente salientes.
Por un lado el rápido retorno de Sarandí Universitario al círculo de privilegio y por otro la supremacía impuesta por Peñarol en tres de los cuatro campeonatos disputados (sub-17, sub-20 y Primera División).
A ellos se agregan Oriental y Artigas. El azul fue el campeón en la categoría sub-15 y único equipo a doblegar la hegemonía de títulos de Peñarol, y el tricolor de Pueblo Nuevo acompañará al conjunto verdiblanco a Primera División, tras lograr el segundo cupo del ascenso.
La sub-15 tuvo un certamen altamente competitivo con equipos muy parejos pero donde Oriental y Cuñapirú llegaron a la instancia final con el triunfo de los azules en el Estadio Municipal y la consagración de un equipo que lo mereció por el trabajo realizado por Oscar de León a lo largo de la temporada.
Meritorio esfuerzo de Cuñapirú que incluso en la final hubiera merecido mejor suerte.
Vino en forma simultánea el torneo de la Divisional de Ascenso y había dos favoritos.
Sin embargo, salvo la distancia que sacó el verdiblanco desde el comienzo mismo del certamen, con un equipo que estaba por encima de sus rivales, fue bastante parejo en la búsqueda del segundo ascenso.
Y lo vino a lograr el tricolor del Pueblo Nuevo que reforma a Primera luego de algunos años.
Un equipo que siempre fue animador de los campeonatos locales, que tiene la rivalidad barrial con el otro de los grandes de nuestro fútbol como lo es Frontera, que ha sabido ser campeón en varias oportunidades y hasta con participación en la Copa de Clubes Campeones del interior.
Lo de Sarandí Universitario no llama la atención porque, en su momento, había descendido por algunos resultados casi increíbles que se dieron, un equipo que venía de ser el campeón riverense de la temporada anterior y que casi sin darse cuenta se vio en el certamen de la Divisional B.
Pero había el convencimiento que era un simple paseo y así fue, no perdió la estructura, la mejoró, no perdió jugadores, más bien incorporó y el objetivo se cumplió en el tiempo justo.
Hoy vuelve a estar en Primera División y vuelve a ser, como siempre candidato.
En medio de la temporada apareció la sensación del año que fue el campeonato de la categoría sub-20.
Creado casi por casualidad como una experiencia que resultó altamente positiva y que obviamente aguarda mejores realizaciones.
Un campeonato que concitó la atención de los aficionados, que vino a llenar un vacío en una franja de edad donde los futbolistas no eran aprovechados en su justa medida.
Que promocionó valores que luego fueron utilizados por sus equipos en los planteles de Primera División y que además trajo a jugadores sub-15 y sub-17 a jugar con ellos brindando una experiencia que seguramente arrojará frutos en un futuro cercano.
Y Peñarol fue el campeón, un campeón inobjetable por el trabajo, por la estructura que fue otorgando el conjunto aurinegro a sus jugadores y que a partir de allí comenzaba a recoger la siembra.
La sub-17 y la Primera División casi al mismo tiempo.
Una sub-17 que trató de ajustarse a lo que se había establecido por la propia Organización del Fútbol del Interior (OFI) en el sentido de pensar en los campeonatos nacionales acompasados por la categorización de la FIFA.
Fue la Organización del Fútbol del Interior quien determinó que a partir de ahora se iba a jugar solamente en esa categoría y los delegados de los clubes riverenses resolvieron acatar la disposición.
Sin embargo, en otros puntos del país, en la mayoría, no lo hicieron y siguieron jugando una categoría u año mayor a sabiendas que en el Congreso iban a modificar la decisión de la Organización del Fútbol del Interior.
Y así fue, la decisión fue reforzar con quince jugadores uno año mayor cuando nosotros no tuvimos a ninguno en actividad.
Peñarol fue el campeón y oriental estuvo a su lado en todo momento pero nunca pudo pasarlo.
Los aurinegros enhebraban en ese momento un bi-campeonato a nivel local y ya estaban muy bien posicionados en el torneo de la Primera División.
Al certamen mayor del fútbol local Peñarol ingresaba como amplio favorito, por plantel, por individualidades y especialmente por un trabajo a largo plazo que comenzó en los primeros días de febrero para participar en la Copa de Clubes Campeones.
Pero al final no le fue nada fácil y tuvo que imponer su condición de favorito para llegar al título.
Huracán se le plantó firme y estuvo a un par de minutos de haberle quitado la posibilidad al conjunto aurinegro de lograr el bi-campeonato local y el tri-campeonato del año futbolístico.
Hoy, como resumen de este año que finaliza y proyectando el que se viene, se recibe con beneplácito a dos instituciones que ya son de Primera y que ocasionalmente estaban en la Divisional B, como lo son Sarandí Universitario y Artigas, se despide a otras dos que seguramente volverán muy pronto como Deportivo Colina y Frontera Rivera Chico.
Se felicita a Peñarol porque la obtención de tres títulos en el año no es casualidad y a Oriental por el ser el campeón de la categoría menor, en cuanto a edad, de la Liga Departamental.

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