Rivera, domingo 22 de diciembre de 2024

Peñarol fue ganador por mayor contundencia ofensiva a pesar del enorme esfuerzo azul

Los aurinegros lograron un título con estricta justicia y de ello nadie puede tener dudas.
En el partido hubo un trabajo extra motivado por la magnifica gestión de los azules especialmente en el primer tiempo cuando lograron dominar el medio y la defensa pero se quedaron sin ataque porque Peñarol rodeó al mejor juego del sector izquierdo de Oriental.
Quedó muy claro que la premisa de Donato Lemos fue cortar el circuito futbolístico que une a Richard Rodríguez con Jonathan Montenegro y Carlos Alvez para que, de esa manera, Diego Atilio García se quedara sin fútbol.
Pero desde allí hacia atrás Oriental dominó los aspectos básicos de la defensa con solidez y solvencia.
Un par de salidas en falso del golero tranquerense Washington Ortega fueron rápidamente solucionados con extraordinarias atajadas.
Eso daba claras muestras que Peñarol, aún con todos los inconvenientes de llegada, ofendía y con peligro tanto que a los 38 minutos un extraordinario remate de Pablo Lemos provoca la mejor atajada del partido del golero azul.
Pero todo cambió cuando a comienzos del segundo tiempo el conjunto de Ary Beledo logra el gol de apertura, un golazo, desde lejos y al ángulo como para que nadie pudiera llegar a detener el balón.
Fueron momentos de indecisión de Peñarol que no los supo capitalizar el azul.
Momentos que si seguía ofendiendo pudo haber logrado otro tanto que hubiera abierto una diferencia importante en el partido que finalmente no se concretó porque Peñarol, a falta de buenas jugadas de ataque, porque la responsabilidad era de la defensa rival, apeló a buscar en el manual del entrenamiento, la fórmula para llegar al gol.
Y así fue, dos tiros desde la esquina, dos subidas de Gonzalo Picanzo y Peñarol pasaba a ganar dos a uno.
Ya le quedaba bastante mal a Oriental, la posibilidad de salir a buscar un resultado favorable se complicaba porque comenzaba a regalar posiciones de defensa.
Peñarol lo esperó, ya no estaba nervioso, ya estaba ganando el partido y buscó, en todo momento, liquidar el partido con una jugada de contragolpe.
Lo tuvo Pablo Lemos pero se la alcanzó a Kevin Ramírez para que anotara con tranquilidad el tercero.
El cuarto llegó en la ejecución de un remate penal y el quinto a poco del pitazo final.
Clara e inobjetable victoria aurinegra que reiteró lo que había sucedido en la primera fase cuando el azul también comenzó ganando y terminó goleado.
Justa consagración del mirasol que hoy festeja el trabajo iniciado a comienzos del verano y que no tuvo pausas.

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