Nacional se consagró campeón de la Liguilla sub-15 y jugará la final ante Huracán
Fue una jornada brillante salvo el terreno de juego que fue determinante en los goles y en el resultado. Sol, mucho público en las tribunas del Pedro Maciel y la emoción en cada una de las jugadas.
Quizás faltó el fútbol pero a veces es imposible pedirlo a chicos de menos de 15 años de edad cuando hay tanta responsabilidad por cumplir.
Todos sabíamos que el partido era muy parejo, que podía definirse por situaciones puntuales y por algunas variables ya eran conocidas antes del encuentro.
Había mucho en juego como para que el estado del campo de juego fuera determinante y lo fue.
A los quince minutos, cuando Nacional jugaba mejor, cuando Peñarol no podía salir del fondo, en un ataque de los tricolores, el zaguero Cristian Viera atrasa el balón para la fácil contención del golero aurinegro que sale, se resbala y queda sin reacción para tomar la pelota y fue el gol de apertura.
El primer tiempo se terminó con Nacional como ganador que se justificaba, no por el gol sino por el juego de equipo mientras que el rival solamente había mostrado las ganas y es esfuerzo de algunos jugadores.
Pero el complemento fue diferente, muy diferente hasta porque a los dos minutos, un tiro libre a favor de los aurinegros termina en el fondo de la red.
También jugada donde hubo participación actividad del barro dentro del área, el golero tricolor resbala y no llega a la pelota que aparecía como de fácil contención.
A partir de allí mejoró Peñarol, tuvo toque de balón, que no había tenido en el primer tiempo, pero falló en la definición.
Le faltó muy poco a Peñarol para llegar al segundo gol en momentos que le fueron favorables y Nacional se mostraba demasiado nervioso al extremo de haber perdido la brújula del partido.
Pero, con el transcurrir de los minutos y cuando el gol de Peñarol no llegaba, permitió que Nacional volviera a tomar las riendas del partido y de allí hasta el final no hubo duda alguna que Nacional iba a lograr el título.
Hasta tuvo alguna posibilidad de haber aumentado el tanteador y no haber llegado al final con ciertas dificultades que fueron motivadas por impulsos individuales de algunos jugadores aurinegros que no se resignaban a perder la clasificación.
En definitiva, y no solo por este encuentro, merecida la clasificación de Nacional como campeón de la Liguilla.