Mucho trabajo, mucho esfuerzo, pero conformidad con lo realizado
En la ciudad de Rivera se disputaron las finales del campeonato nacional de la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI) de la Generación 2007.
Un desafío importante para nuestra Liga pero hay muchos dirigentes, delegados a granel, personas vinculadas por doquier y seguramente se iba a contar con el apoyo y aporte de la Intendencia, que debió haberlo declarado de Interés Departamental.
Sin embargo nada de ello fue realidad, apenas un puñado de dirigentes, que no pasaron de tres, más el Secretario Administrativo de la Liga, tuvieron que llevar adelante toda la tarea organizativa.
Pero el Dr. Desaix Fajardo no se queja, solamente hace constar que junto a él estuvieron solamente el tesorero y el delegado de Peñarol, que fue delegado de la selección riverense, Jorge Calvo.
Por si todo ello fuera poco, sobre la marcha surgieron otros inconvenientes con planteamientos que modificaba lo que ya se había concretado, como por ejemplo algunos hospedajes, confirmados en principio, que se bajaron después.
Y, ya en plena disputa de los partidos, ni siquiera el estado del tiempo ayudó. Apenas unos minutos jugados y se vino la lluvia torrencial.
Las marcas de la cancha, que había sido realizada con talco porque se prohibió realizarlas con pintura o cal, desaparecieron por completo.
Se presentaba un doble problema y todos querían conocer las soluciones. La dirigencia debía responder a todos los visitantes que se iba a hacer con los partidos finales de campeonato.
En primera instancia se había resuelto gestionar con Peñarol la posibilidad de llevar todo a su escenario. Luego, ante la imposibilidad de encontrar a los dirigentes aurinegros, hubo que ajustar todos los horarios para jugar tres etapas el domingo.
Restaba solucionar el inconveniente del marcado de la cancha, y a las diez de la noche de una jornada signada por la lluvia, se fue a buscar al propietario de una Barraca para que fuera hasta el local comercial y les vendiera más talco industrial, irse a casa, descansar un par de horas y a las seis de la mañana concurrir junto al capataz del estadio, a marcar nuevamente las canchas porque a las ocho debía arrancar la actividad.
Y estos problemas son algunos de los que debieron sortear apenas cuatro personas. El Dr. Desaix Fajardo lo cuenta todo en las páginas centrales del Suplemento “El Deportivo”. Más información en la edición impresa.