Las selecciones celestes volvieron a los entrenamientos pensando en la recuperación
Situaciones disimiles viven los planteles seleccionados celestes. Un poco más cómoda la tarea para el representativo juvenil, que a pesar de la derrota en Tacuarembó sigue con su chance intacta.
Y la diferencia está en que los chicos sub-17 cumplieron con la premisa de ganar como local y con esos tres puntos permanecen atentos a las chances de clasificación.
Cuando se gana jugando como local, las derrotas en campo ajeno, y máxime en un clásico, aunque no lo mereciera, se podrían entender mejor.
La celeste mayor viene arrastrando un problema serio y es no haberle ganado a Artigas en el debut y ello hace que la derrota clásica lo perjudique mucho más.
Ayer se reintegraron a los entrenamientos sin tiempo alguno para el análisis de situación, porque mañana de mañana ya hay que emprender el viaje más largo de la serie, para jugar en Bella Unión.
Richard Quintanilla tendrá la tarea de tener que sustituir a dos jugadores suspendidos.
Un aspecto positivo es que probablemente pueda contar con Jonathan Bizera, ya recuperado, y podría llegar a ser uno de los jugadores que ingresen al equipo titular.
Kenny Núñez también tendrá que sustituir a dos jugadores sancionados.
Los expulsados Jefferson Farías y Richard Gómez no podrán ser de la partida y habrá que encontrar los jugadores justos para sustituirlos o, de lo contrario, cambiar el esquema.
El problema es la urgencia, porque ahora el empate ya no sirve. Rivera se enfrenta al líder absoluto de la serie y con ese partido se termina la primera rueda.
Una de las alternativas puede ser la presencia de un nuevo jugador en el plantel, que se integró en la tarde de ayer.
Se trata del “veterano” Víctor Hugo Espinoza, con características de centrodelantero, al igual que Marcos Ramos, y quizás pueda ser muy útil para el grupo, que a esta altura viene sintiendo la falta de gol.