La selección riverense entrenó con total normalidad en Mandubí
La casi totalidad de jugadores del plantel celeste entrenaron en la víspera con normalidad en la cancha de la Brigada de Caballería Nº 1.
Los jugadores se hicieron presentes a la hora 18:30 en el vestuario 4 del Estadio Municipal y desde allí fueron conducidos en ómnibus a la Brigada donde al llegar mantuvieron una charla con el director técnico.
Luego quedaron bajo las órdenes de Paulo César Arévalo, realizando ejercicios físicos por espacio de unos cuarenta minutos. Después algunos jugadores fueron reservados y otros siguieron trabajando unos veinte minutos más.
El único lesionado que estuvo presente fue Sergio Damián Fernández, que tiene un tirón en el posterior y fue visto en horas de la tarde por el kinesiólogo Héctor Martin Coitiño.
Se solicitó que no realizara movimientos y que a partir de hoy comenzara lentamente con la finalidad de tenerlo a disposición desde mañana.
Julio Rocha faltó por sentirse mal; también faltaron Yordhy Vaz, que se viene recuperando de una lesión, y William Martins, por inconvenientes laborales. Los demás estuvieron todos.
Stéfan Silva trabajó en un rincón de la cancha con Yian Luca Rosa y Jonathan Cuello.
Kenny Núñez se mostró preocupado porque seguramente el Estadio no estará disponible con red lumínica durante toda esta semana.
El entrenador informó que le habían comunicado que difícilmente se pueda entrenar en horas de la noche y que se busca por todos los medios llegar a tiempo para el comienzo de la Copa Nacional.
Los jugadores, una vez finalizado el entrenamiento, pasaron a recibir lo que le correspondía a cada uno de ellos por concepto de la venta de entradas el pasado sábado en el encuentro amistoso jugado ante Cerro Largo.
Pudo y debió haber sido mucho más pero entre el calor reinante en horas de la tarde sabatina y que muchos aficionados aprovecharon su carnet de libre acceso para ingresar sin abonar entrada, cada uno de ellos se llevó algo más de $ 500 (quinientos pesos) por lo que una vez más afirmamos que el jugador de fútbol del interior no juega al fútbol por el dinero que pueda ganar, lo hace porque le gusta y lo siente de alma.