Rivera, jueves 9 de mayo de 2024
Suplemento “El Deportivo”:

La historia del ascenso rojo a la Primera División profesional

Los rojos de Cuaró festejarán este fin de semana los dieciocho años de la proeza de haber alcanzado el ascenso directo de Segunda División a Primera, por méritos deportivos, sin que nadie le regalara absolutamente nada y es más, con mucho trabajo y esfuerzo que siempre es muy bueno recordar.
Lo que logró el rojo de Cuaró, aquel lejano ya 8 de noviembre de 1998, ha sido lo máximo a nivel futbolístico de nuestro medio y se agranda cuando al llegar a Rivera lo recibieron todos los barrios unidos en una caravana de las más grandes que se haya visto en nuestras calles.
Jugadores que sintieron la camiseta, que superaron inconvenientes casi imposibles de igualar, con técnicos locales, con el apoyo de la gente, la misma que los acompañó hasta el Parque “Alfredo Viera” para acompañar cada uno de los partidos de aquella Liguilla.
Vivimos situaciones que jamás olvidaremos cada uno de los que allí estuvimos. Momentos inolvidables que van desde el reencuentro con riverenses que hacía mucho tiempo no veíamos y que estaban allí vestidos de rojo, hasta una caravana en un camino por Ruta 5 que nunca fue tan rápida como aquella noche hasta que llegando a Tacuarembó nos encontramos con decenas de coches que habían ido a recibir a los héroes, porque eran verdaderos héroes del deporte riverense.
Ni hablar de cuando llegamos a La Virgencita y era una larga fila solamente igualable a las viejas caravanas políticas de Batlle y Herrera.
Cruzar por Pueblo Nuevo y encontrar a un barrio despierto que saludaba a los eternos rivales con banderas y hasta sábanas rojas.
Pero en estos gratísimos momentos de recuerdos más que agradables no podemos olvidar que este Campeonato de la Segunda División comenzó en una triste tarde del barrio Cuaró. Todos miraban atónitos las noticias de la desaparición de Camila y el triste final.
En el Estadio y con un cartel de adhesión al hecho, los rojos jugaron ante Progreso y el argentino Martín Martínez empató el encuentro a poco del final pero luego se perdieron los puntos por inhabilitación de Ruben Walter Paz.
Recordemos que los rojos habían contratado a Nelson Agresta, que vino precedido de lauros interesantes pero que no puso superar los problemas que se sucedían y renunció al término de la segunda fecha.
El momento era muy malo, el equipo se desarmaba y se viajó a Montevideo a enfrentar dos partidos consecutivos y el restante en Maldonado, con una delegación de apenas doce jugadores.
Se perdió ante Basáñez en La Bombonera por 3 a 0, se fue el técnico y cada vez todo era peor.
Vino el partido en el Palermo ante Central Español y con la conducción de Carlos Wallace se empató sin goles.
Viajaron a Maldonado a jugar contra el “Depor” y la convicción que Wallace estaba en una misión provisoria que venció precisamente allí, en ese encuentro que también terminó empatado sin goles.
Al llegar a nuestra ciudad no había soluciones, nadie quería asumir la conducción de un equipo sin rumbo y sin futuro alguno.
Los propios jugadores se fueron hasta la casa de Carlos Wallace a solicitarle que no los dejara solos y luego de algunas consultas y hasta la presencia de Zuleika, la esposa de Carlos quien fue determinante para la decisión de continuidad.
Vino la derrota ante Racing por uno a cero con gol casi en la hora.
La situación económica era insostenible y se viaja a jugar ante El Tanque Sisley para jugar en el Charrúa y ganar 1 a 0 con gol de Marcelo Velazco pero había la casi segura convicción de que todo se terminaba, la propia dirigencia de aquel entonces lo confirmaba.
Hubo un compromiso colectivo donde los jugadores fueron una parte muy importante, socios colaboradores, jugadores que se brindaron a destajo, que trabajaron como si estuvieran en el equipo más solvente del mundo, chicos que debían unirse para poder almorzar y cenar sin problemas, familias que se ofrecían para colaborar, en fin, comenzaba a gestarse algo que estaba por encima de todo.
Robert López hizo el gol para la victoria ante Juventud de Las Piedras en nuestro estadio.
La fecha siguiente se jugó en el Parque Salus en un encuentro que estaba empatado hasta los cuatro minutos finales cuando los locales logran un gol con la mano y el árbitro no se anima a anularlo por la enorme presión que había, luego marcarían un segundo gol y así se terminó el partido en una cancha que está enclavada en un barrio tremendamente complicado y con una sola entrada y salida.
En Los Aromos, un domingo de mañana, se jugó ante Sud América y un punto por empate sin goles.
Con mucha gente en el estadio se juega ante Miramar Misiones, gol de Marcelo Velazco pero empataron los “cebritas” hasta que, en la hora, Walter Surraco marcó la diferencia para delirio de los nuestros.
Luego un partido muy esperado y con un resultado realmente trascendente porque se jugó ante Cerro en el Estadio Luis Tróccoli ante un equipo que llevaba muchos partidos sin perder. Y Frontera ganó por 2 a 0, con goles de Velazco y Sergio Sosa.
Se pierde ante Fénix en el Capurro y se gana a Colón en nuestro estadio en el final de la primera rueda por tres a cero con goles de Marcelo Pérez, Walter Surraco, y Juan Marcelo Borges.
De los trece partidos jugados en la rueda, se ganó cinco, se perdió cinco y se empataron los otros tres.
El debut en la segunda rueda ante Progreso en el Paladino y empate sin goles.
Dos a cero, la tarde de Hugo Osmar Alvez que anotó los dos goles ante Basáñez.
En nuestro estadio ante Central Español se perdió dos a uno cuando el gol rojo fue de Quintana.
Nueva derrota como local ante el Deportivo Maldonado, en este caso por uno a cero.
El triunfo vuelve ante Racing por dos a cero con goles de Carlos Walter Silva y Walter Surraco.
Pero se vuelve a perder ante El Tanque Sisley por dos a uno, Surraco fue el autor del gol rojo.
Contra Juventud de Las Piedras se jugó en el Martinez Monegal y se ganó uno a cero con gol del “Caipira” Silva.
Uno a uno ante Salus con gol de Quintana.
Nuevo empate a uno como local ante Sud América y nuevamente gol de Quintana, en este caso de penal.
Volvió la victoria ante Miramar Misiones, por dos a uno, en nuestro estadio con goles de Carlos Silva y nuevamente Quintana de penal.
Cerro se tomó revancha goleando a Frontera en nuestro estadio por cuatreo a uno y el gol de los nuestros fue de Marcelo Borges.
Se le ganó a Fénix por uno a cero con gol de Jorge Rodríguez.
Luego la dramática última fecha con tres equipos ya clasificados para la Liguilla: Progreso, Deportivo Maldonado y Central Español, restaba un lugar y habían varios pretendientes, el que menos chances tenía era el rojo de Cuaró, se tenían que dar cuatro resultados y ganarle a Colón en la “cantera de los presos” en Montevideo.
Y ganó Frontera y empataron todos los otros aspirantes y los rojos, previo salvar una denuncia presentada por una presunta inhabilitación de Surraco, comenzaba la Liguilla en cancha neutral, según expresaron los dirigentes del fútbol, era en el Parque Viera, a quince cuadras de Capurro, veinte de Palermo, cien kilómetros de Maldonado y quinientos de Rivera….
Frontera debutó con triunfo ante Progreso por 2 a 0, Walter Surraco y Darwin Quintana los goles.
Los rojos reiteraron el resultado ante Central Español con goles de Valverde en contra y Carlos Walter Silva. Y llegó la última fecha, con un punto de ventaja sobre Deportivo Maldonado…
¡Qué partido! ¡Aguanta corazón!
A los 24’ gol del Deportivo Maldonado pero enseguida empató Carlos Walter Silva y antes de terminar el primer tiempo llegó el segundo rojo de Darwin Quintana y en el último minuto del primer tiempo un gol en contra de Zunino le daba una ventaja importante a los riverenses.
Pero todo fue muy complicado en el complemento, gol de Cortez a los 5’, Márcora a los 27’ y estábamos empatados, el resultado aún servía pero restaba mucho tiempo.
En la última del partido, a los 48’ Cortez, notable jugador, quedó sólo ante Lauro Piva y el golero solamente atinó a abrir los brazos y estirar lo máximo que pudo sus piernas, era tan grande que la pelota le pegó, se fue al córner y se terminó el partido.
Lo que vino es inenarrable, la emoción se apoderó de todos y muchos fuimos los riverenses que tuvimos el placer de vivir aquel momento que hoy recordamos con cariño.

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