Ganar era lo importante y se ganó; ahora hay que pensar en la revancha

Peñarol trabajó muchísimo para lograr el triunfo ante Litoral. El conjunto sanducero es duro, difícil, experimentado y complicado, y es por eso que el triunfo de Peñarol tiene sus aspectos altamente positivos.
Los aurinegros locales comenzaron muy bien el partido, se fueron al ataque a sorprender al rival y mantuvieron un ritmo muy interesante en los primeros veinte minutos de juego, cuando, en realidad, tuvieron todo para haber alcanzado el gol de ventaja.
Sin embargo, cuando Litoral comenzó a tomar las riendas del medio de la cancha, fue el momento exacto cuando llegó el gol de Peñarol, tras un remate muy fuerte de Fabricio Ferreira, abajo y contra el palo.
El golero visitante llegó a impedir el gol, pero no pudo contener la pelota y entonces apareció el oportunismo de Pablo Farías para mandarla al fondo de la red.
Por lo visto hasta ese momento en el partido, el triunfo aurinegro se ajustaba a la realidad. Pero en los minutos finales de la primera parte la pelota y la cancha fueron para la visita, que hizo todo el mérito necesario para llegar al empate.
Lo mejor que le pudo pasar a Peñarol fue el descanso y un hecho que no puede pasar inadvertido era la cantidad de tarjetas amarillas que había mostrado el árbitro arachán.
Vino el complemento y Peñarol se acomodó con el resultado, bajó líneas, marcó atrás y le fue regalando metros de terreno de juego a los rivales, que se fueron adueñando y lanzando a todos sus jugadores al ataque.
Sucedieron algunos hechos interesantes. Por un lado, el apresuramiento del Litoral en definir, lo que beneficiaba a Peñarol, porque erraron constantemente en el remate final.
Y cuando lo hicieron bien, comenzó a crecer la figura de Yordhy Vaz en el arco aurinegro. Ganó por arriba cuando debió salir y ganó por abajo cuando los remates llegaron bien dirigidos.
Poco a poco uno se iba dando cuenta que difícilmente la visita pudiera llegar al gol, a pesar de que dominaba en todos los sectores del campo de juego, y vinieron los cambios que pretendieron modificar la forma de jugar e intentar llegar a un segundo gol que le diera tranquilidad para este partido, pero también para la revancha.
Pero a Peñarol le faltó peso ofensivo, no anduvo Braian García y Fabricio Ferreira tuvo que bajar unos metros a ayudar al mediocampo. Entró Marcio Camy porque Boldrini estaba lesionado y se comenzó a mejorar en esa zona.
Lo negativo en el partido fue la expulsión de Pablo Farías, que ya tenía tarjeta amarilla y cortó una jugada de contragolpe de la visita y vio la roja. Esta acción complicó muchísimo en el partido, pero mucho más para la revancha.
De ahí al final, Litoral estuvo en forma permanente en el ataque, pero fueron los momentos decisivos de Yordhy Vaz, que se adueñó del arco y le dio tranquilidad a una defensa donde fueron de notable partido los cuatro del fondo.
Ganar era lo más importante y se ganó. Ahora viene el momento de pensar en la revancha del próximo domingo en Paysandú, sin Pablo Farías, pero con tres puntos a favor.

LOS DETALLES

PEÑAROL 1 LITORAL 0
Cancha: Parque “Alberto y Elías Bouchacourt”. Hora de comienzo: 15:30. Árbitros: Maicol Luciano Borges, Pedro Fabián Correa y Aníbal Gastón Luquez (terna de Cerro Largo).
PEÑAROL (Rivera): Yordhy Vaz, Jonathan Alex Fontoura, Rodrigo Andrés Silva, Pablo Agustín González, Andrés Maximiliano Machado, Marcos Giovanni Boldrini, Juan Gabriel de Mello, Cristian Fabricio Ferreira, Álvaro Amado, Richard Alejandro Gómez y Pablo Javier Farías.
Cambios: Marcio A. Camy por Marcos Boldrini; Luis E. Ponce de león por Álvaro Amado; Braian García por Richard Gómez; Washington Leites por Juan G. de Mello.
Gol: Pablo Javier Farías a los 29’ del primer tiempo.
Observaciones: A los 35’ del segundo tiempo fue expulsado Pablo J. Farías.
LITORAL (Paysandú): Ayrton de León, Axel Pereira, Nicolás Morales, Alejandro Botta, Francisco Pérez, Anderson Coelho, Juan Silveira, Christian Núñez, Nicolás Duarte, Cristian Sueldo y Matías Vidiella.
Cambios: Facundo Sosa por Francisco Pérez; Michael Álvarez por Axel Pereira.