El Prof. Andrés Boldrini integró la delegación uruguaya de handbol, recogiendo excelentes experiencias
Hace algunos días retornó de Centro América el Prof. Andrés Boldrini que concurrió integrando una delegación uruguaya de handbol recogiendo experiencias y jugando en escenarios paradisíacos.
Todo surgió muy rápido, por lo menos para nosotros que nos enteramos cuando restaban muy pocos días para iniciar el viaje, pero fueron largas semanas de trabajo con la finalidad de poder integrarse al grupo celeste.
“Esta posibilidad surge a través de la Tecnicatura en Handbol que actualmente estoy cursando el segundo año en el CUR (Centro Universitario de Rivera)”.
El Prof. Walter Andrés Boldrini conoció, en clase, a la profesora Ana De los Santos (hermana del “Caballo” De los Santos, jugador de fútbol de mucha trayectoria), excelente profesional y fue ella que me invitó a participar de este combinado uruguayo para representarlo en México y El Salvador”.
Fue precisamente la docente de la Tecnicatura de Handbol quien realizó todos los contactos para hacer una rifa para reunir fondos para costear nuestros pasajes.
Cada uno de los integrantes del grupo debió vender veinticinco rifas al costo de cincuenta dólares americanos.
“Me puse una meta vender toda la rifas para realizar dicho viaje y gracias al apoyo de amigos del deporte y familiares logre vender todas y sumarme a las practicas del plantel que se realizaron en Tacuarembó y Montevideo”.
El viaje fue desde el 17 de febrero al 2 de marzo. Compitiendo primeramente en México D.F. en las instalaciones del comité olímpico de México.
“Con un nivel muy bueno de handbol empatamos el primer partido y luego perdimos el resto presentando algunas bajas por lesión y la altura de la ciudad también influyó un poco en el rendimiento de nosotros, pero siempre luchamos todos los partidos y demostramos que podemos lograr mejores resultados con mayor tiempo de práctica para conocernos mejor dentro de lo táctico”.
Es todo muy diferente, en Centro América se jugó en una cancha de medidas oficiales, de piso flotante, con placares digitales con correctos arbitrajes y aplicando todas las reglas de juego.
“Una experiencia inolvidable vestirme la celeste a ese nivel”.
Luego de los partidos en México D.F. se fueron a conocer lugares típicos de esa zona, como las pirámides aztecas y las playas de Acapulco.
“Representamos a Uruguay a nivel femenino y masculino con jugadores de la capital pero mayoritariamente del interior, Canelones, Salto, Tacuarembó, Rivera, Maldonado, Artigas”.
Luego se fueron a El Salvador país de siete millones de habitantes y más chico en territorio que el uruguayo.
“Ahí nos quedamos en la villa centro americana para competir y los dos últimos días conocimos una playa volcánica bañadas por aguas del Pacífico”.
Hay otras situaciones que también hay que tener en cuenta.
“En este país es notoria la inseguridad donde se ven personas armadas con calibres pesados principalmente los seguridades y los policías”.
Siempre un calor fuerte durante el día y baja un poco la temperatura a la noche pero no mucho.
“Jugamos cuatro partidos y empezamos a funcionar e imponer un poco nuestro ritmo de juego logrando en el último partido ganarlo”.
LA ANÉCDOTA
“El viaje arranca en el Aeropuerto de Carrasco el martes 17 de febrero desde las 4:30 haciendo el check-in de los pasajes y pasaportes.
Una anécdota, entregando los pasaportes e imprimiendo la ruta de viaje, resulta que el mío vencía en mayo y para ingresar en El Salvador la migración exige 180 días de vigencia del documento y el mío tenía noventa días y luego de varias explicaciones y entrega de documentos probatorios de la causa del viaje imprimieron mi pasaje con la condición que buscara solucionar en la embajada de Uruguay en México la extensión de la fecha en mi pasaporte.
Fueron momentos que pensé que me quedaba o que iba solo a México y me volvía.
Pero en fin logramos el cometido partir todos juntos con destino a Distrito Federal con escalas en Lima-Perú (tres horas de espera) y Bogotá-Colombia (doce horas).
El día 18 de febrero a las 13:00 horas llegamos a México bastante cansados por la cantidad de horas tanto de vuelo como de escalas, nos fuimos a un hostal cercano al aeropuerto para descansar, almorzar y organizarnos.
Luego de ahí nos fuimos al Hotel del valle lugar donde nos instalamos para el descanso y luego ir al comité olímpico mexicano para las competencias.
Al tercer día solucioné el tema del pasaporte en la embajada en México y a partir de ahí ya sabia que realizaba el viaje hasta el final con la delegación”.
Andrés necesitó el apoyo de mucha gente para poder cumplir este objetivo, especialmente de su familia.
“A nivel familiar tuve apoyo constante, pero sabia que iba a extrañar a mi hijo Facu y a mi señora Verónica Iglesias pero era una motivación más para afrontar los partidos. Gracias a la tecnología de hoy en día siempre logramos estar comunicados.
Todo esto no fue en vano por la experiencia y los contactos generados más el conocimiento de distintas culturas y el deporte en otros países”.
POSIBILIDADES
En El Salvador estuvo con el ex-futbolista salteño Pablo Quiñones, conocido del fútbol riverense, que allí trabaja y que estuvo al lado de los uruguayos en todo momento.
Quiñones integró aquella selección salteña contra quien jugamos en el ‘93 las finales del Campeonato del Litoral y “se portó muy bien con nosotros”.
El “Profe” nos contó que por aquellos países hay muchas posibilidades de trabajo, que se puede marcar una diferencia económica y que hasta recibió algún ofrecimiento, “el inconveniente es la falta de seguridad, salís a la calle y no sabés con que te vas a encontrar y cuando menos esperas están siendo apuntado con una metralleta o un revólver”.
Nos queda una reflexión final que es a manera de consecuencia y conclusión del viaje: “Somos un país chiquito con gente humilde y apasionada por el deporte, y que debemos organizarnos políticamente para incentivar a los jóvenes e invertir en instalaciones apropiadas para la práctica deportiva y su correcta proyección”.