El fútbol da revanchas pero a esta hay que salir a buscarla rápidamente
(Por Freddy Silva) No hay tiempo para lamentos, de nada sirve hoy, escribir ríos de tinta tratando de explicar lo que parece casi inexplicable.
Hay que dar vuelta la página, no seguir viviendo de lamentos y buscar la revancha que siempre otorga el fútbol.
La eliminación de la selección celeste mayor en forma tempranamente, no tiene explicación lógica si se tiene en cuenta que se llegó a la última fecha con firmes chances de lograr, por lo menos el pasaje a las semifinales.
En una serie donde reinó la mediocridad no era nada alocado pensar que la celeste clasificaba a pesar de haber perdido dos puntos ante Tacuarembó en nuestro estadio lo que a la postre fue lo que nos complicó mucho más allá de los goles que se debieron haber concretado ante Tranqueras y no se supo.
También sabíamos muy bien que a Tranqueras todos los golean, menos Rivera, no les importa ser goleado por Artigas (que les hizo ocho) o por Tacuarembó (que les hizo siete), para ellos la verdadera final del campeonato es ante Rivera y no solo impidieron esa goleada que nos hacía falta sino que terminaron ganándonos y festejando como la final del Campeonato del Mundo del ‘50 en Maracaná…
Pero es obvio que no queríamos que nos regalaran nada, que nos entregaran la clasificación en las manos, lo que debimos haber hecho fue jugar bien y sacar provecho de un gol tempranero que presagiaba la posibilidad de una goleada por méritos propios que no se produjo.
Pero hay que sacarle jugo a lo negativo. Este tipo de situaciones traumáticas tiene su lado positivo, porque tampoco está bien todo cuando se gana aunque no se lo quiera ver.
Es hora de aprender de los errores, de estos cimbronazos no deseados. Y en ese aspecto, desde la Liga de Fútbol se tiene que tomar conciencia de que hay que evaluar lo que tiene que ver no solo a las selecciones, sino al fútbol todo: desde las formativas hasta la Primera División.
Y en este punto debemos detenernos no para buscar culpables sino para encontrar una explicación lógica a la eliminación y tiene que ver con la responsabilidad de los clubes, los mismos que sabiendo de las dificultades no impidieron que la selección celeste jugara este campeonato cuando todos sabíamos que no habían condiciones de participación.
Es que, hay que decirlo, y con todas las letras aunque no les guste a muchos, cerrada la primera fase del Litoral Norte lo de Rivera es fracaso más allá de que la sub 18 siga en carrera.
Porque no hay que mentirse: la sub 18 sigue por el simple hecho de que OFI interpretó que clasificaban dos selecciones a la siguiente instancia y no una como sí habían votado las Ligas que integran el Litoral Norte.
De aquí en más será tiempo de reflexionar e intentar de cambiar, de una vez por todas, la mediocridad que envuelve al fútbol riverense todo.
Porque si las selecciones son un fiel reflejo de lo que sucede en el fútbol de entrecasa, está a la vista que estamos muy mal.
Por eso hay que aprovechar la oportunidad para darle un giro a la actividad local, de hacer una competencia con mayor actividad, más competitividad y, sobre todo, tener un lineamiento de trabajo en serio que abarque un amplio espectro.
Luego vendrá el trabajo de hacer más atractiva la temporada porque, está claro, el fracaso de la selección mayor repercutirá seguramente en el hecho de que la gente vuelva a las canchas.
Y se palpa en la calle, donde los hinchas sienten cómo duele todavía el rostro tras el cachetazo que le dio como respuesta la selección mayor.
Las selecciones deberán ir acompasadas a ese trabajo.
Se podrá decir que es cuestión de dinero, y es la respuesta más fácil.
Pero no siempre la falta de apoyo viene del desinterés del que está en condiciones de dar una mano, sino que la mayoría de las veces no existe un proyecto serio de verdad.
Muchas veces es una consecuencia y no una causa. Porque, en definitiva, la culpa no siempre la tienen los de afuera.