Después de dieciséis años, Rivera vuelve a ganar en Tacuarembó
En esta final del Regional Norte-Litoral donde se juega por puntos, lo realmente importante es que no se ha ganado nada hasta que se pueda concretar la semana que viene.
Lo mismo hubiera pasado si la celeste hubiera perdido, porque siempre hay tiempo para la revancha. Sin embargo, hay situaciones que no podemos pasar por alto, y tienen que ver con la actuación de la selección celeste.
Primero señalar que se volvió a ganar en el “Goyenola” luego de dieciséis años donde, cada vez que íbamos, volvíamos del vecino Departamento con derrotas u ocasionalmente algún empate.
Pero, además, ganar en campo ajeno sirve desde el punto de vista sicológico.
Rivera comenzó a todo ritmo, imponiendo juego y presencia ofensiva, al punto que los García, tanto Brahian como Luis Eduardo, ganaban por los laterales de la cancha y llevando peligro desde los primeros minutos.
Pero, poco a poco el equipo local se fue imponiendo, dominó el medio y pasó a ser el dueño del partido por espacio de unos veinte minutos, incluso mereció haber logrado el tanto de apertura.
Y estuvo muy cerca porque hubo dos jugadas que requirieron magistrales atajadas de Lorenzo Bidart. Una en especial, de Facundo Sosa, que paseó por toda el área llevándose por delante a los defensas celestes y quedando frente al golero riverense, que logró quitarle la posibilidad de un remate franco con un achique realmente sensacional.
Pero a partir de ahí, y hasta el final del primer tiempo, el partido fue favorable a Rivera, que dominó y que tuvo en Yian Luca Rosa el responsable directo para que los nuestros no alcanzaran el gol de apertura.
Tres tiros libres de Roberto Quinteros fueron detenidos de manera magistral por el golero riverense al servicio de los rojiblancos. Incluso hubo una jugada donde Fabricio Ferreira le cedió a Quinteros una pelota para un remate franco que pasó muy, pero muy cerca del parante derecho del golero local.
Hasta que llegó la última del primer tiempo, cuando un tiro libre a favor de la celeste y Rodrigo Silva le pegó muy bien, con “veneno incluido” y la pelota no pudo ser retenida por Luca Rosa y, en el rebote, atentos, había dos riverenses que atropellaron ante una pasiva defensa que desamparó al golero local y uno de ellos, Cristian Fabricio Ferreira, se llevó la pelota por delante hasta meterla en el arco y allí sí estuvo el gol de apertura celeste con el que finalizó el primer tiempo.
EL SEGUNDO TIEMPO
Era previsible y los rojiblancos intentaron comenzar con la pelota en su poder y buscar adueñarse de todas las zonas del terreno, especialmente en campo ofensivo, y tratar que Rivera no pudiera salir del área.
Así fue, pero a los pocos minutos los celestes ya habían vuelto a dominar en el medio y desde allí intentaron buscar algún contragolpe, pero sin desesperarse en el entendido que el reglamento establece que no hay diferencia de goles y que tampoco servían, para nada, los goles de visitante.
Lo que importaba eran los puntos y hasta ese momento los puntos eran nuestros. Pero estos gurises, muchos de los cuales se ponen la camiseta celeste por primera vez y jugando ante un público contrario, con más de dos mil personas alentando a su equipo, supieron salir airosos.
Destacar a uno sería una verdadera injusticia. Los celestes jugaron como equipo, sin que nadie sobresaliera, pero cada uno se entregaba de la mejor manera.
Los minutos pasaban, los nuestros se afirmaban en la cancha y los rivales comenzaban a ponerse muy nerviosos y la tribuna contagiaba ese nerviosismo.
Llegaron los cambios y Tacuarembó buscaba mejorar el juego en el medio y que los que entraron pudieran apoyar mejor a sus compañeros de ataque.
Para eso Renzo Pozzi y Marcio Galli fueron los encargados de cambiar el ritmo de juego de los rojiblancos, pero no pudieron influir en la medida que necesitaba el técnico y que exigía la tribuna.
A poco del final un clarísimo penal de Yian Luca Rosa a Fabricio Ferreira pudo haber sido la tranquilidad para los celestes pero el árbitro ordenó que continuara la jugada sin sancionar la pena máxima.
Vinieron los cambios en nuestra selección que, más que nada, buscaban oxigenar el medio, que estaba literalmente fundido por todo lo que habían corrido Ramiro Ocaño, Carlos Castilho y Roberto Quinteros.
A ellos se agregó el ingreso de Dalton Bueno por un Brahian García que también había auxiliado al medio de una manera impresionante.
Los minutos pasaron, más cinco de adición, y lo único importante fue una falta muy grave de Luca Rosa a Dalton Bueno que hubiera merecido una medida disciplinaria severa y la expulsión de Gonzalo Trinidad por una falta, bien decretada, pero no menos que la del golero tacuaremboense.
Después el pitazo final y rienda suelta a la alegría, rostros cansados pero contentos por el triunfo, aún a sabiendas que este partido termina el próximo fin de semana, pero con una gran ventaja, y un empate clasifica a Rivera como el mejor de la zona.
LOS DETALLES
TACUAREMBÓ 0 RIVERA 1
Cancha: Estadio “Raúl S. Goyenola”. Hora de comienzo: 20:30. Público: 2.400 personas. Jueces: Carlos Eduardo Paz, Mauro Melo y Daniel Enrico Cantos (terna de Artigas). Cuarto árbitro: Daniel Menezes.
TACUAREMBÓ: Yian Luca Rosa, Ramiro Ramos, Sebastián Dutra, Enzo Pérez, Marcos González, Agustín Coito, Juan Franchi, Sebastián Sánchez, Héctor Olivera, Facundo Sosa y Gonzalo Colmán.
Cambios: Renzo Pozzi por Juan Franchi; Jonathan de los Santos por Gonzalo Colmán; Marcio Galli por Agustín Coito; Sebastián Cuello por Enzo Pérez; Rafael Ortiz por Sebastián Sánchez.
RIVERA: Lorenzo Emanuel Bidart, Andrés Alejandro Silveira, Rodrigo Andrés Silva, Cristian Andrés Meneses, Andrés Maximiliano Machado, Ramiro Sebastián Ocaño, Carlos Leonardo Castillo, Cristian Fabricio. Ferreira, Roberto Javier Quinteros, Luis Eduardo García y Dalton Leonardo Bueno.
Cambios: Marcelo López por Ramiro Ocaño; Dalton Bueno por Brahian García; Mahicol Olivera por Carlos Castilhos; Gonzalo Trinidad por Roberto Quinteros.
Gol: Cristian Fabricio Ferreira a los 44’ del primer tiempo.
Observaciones: A los 44’ del segundo tiempo fue expulsado Gonzalo Trinidad.