Andrés Ferreira, un riverense campeón mundial universitario: “Es una sensación única e indescriptible”
Hoy Carlos Andrés no es solamente un campeón mundial, sino que fue considerado como el mejor golero del mundo a nivel universitario. Un orgullo para sus padres y hermanos, pero también para todos los pueblos deportivos riverenses.
Nos comunicamos con él, aún en China, del otro lado del mundo, con una diferencia horaria importante pero siempre con la misma amabilidad de cuando estaba dando los primeros pasos en el fútbol, desde las selecciones del baby y su llegada a la celeste juvenil y al arco del equipo de Primera de Oriental con muy corta edad.
Se fue a Montevideo a cursar la Licenciatura de Educación Física y le faltan solamente cinco materias para recibirse, pero además está cursando la tecnicatura de Fútbol, Licencia Pro, que es lo máximo y restan cuatro materias para finalizarlo.
Andrés espera que para el próximo año estar ya recibido en ambas profesiones.
📌 Más información: Un riverense se consagró campeón mundial y fue elegido mejor golero del torneo
SU TRAYECTORIA
Siendo muy chico ya ocupaba el arco de Oriental en el baby, luego pasó a Artigas, jugando en el equipo de su barrio y volvió a Oriental para salir solamente un año jugando en calidad de préstamo en la Divisional B defendiendo el arco del Deportivo Colina.
En la selección, tres años en el baby, dos de ellos llevado por Julio, (su padre) y otro por Adán Silva. En la sub-15 con Jorge Gustavo Fagúndez, en sub-18 con Wilson Guedes y después con Julio.
Con 16 años debutaba en Primera División en el arco de Oriental. A la selección mayor fue citado por primera vez por Richard Quintanilla y fue tercer golero luego de Juan Marcelo González y Juan Carlos de León, pero tuvo la posibilidad de ir al banco cuando expulsaron a Marcelo.
Estudiando en Montevideo tuvo la posibilidad de vincularse con Nacional, de la mano de Jorge Giordano, un equipo de la Divisional A y el más laureado dentro de la Liga, tiene 24 títulos.
Hubo un viaje a Europa jugando partidos de muy buen nivel, incluso jugando ante los juveniles del Atlético de Madrid y debuta en la selección sub-21 jugando en sao Leopoldo un torneo internacional y fue campeón en dos temporadas consecutivas ya con Alejandro Heguy como técnico.
Estuvo en la preselección en la temporada 2017 que era sub-28 y fue como tercer golero con 22 años, fue tercero y se quedó sin la posibilidad del viaje.
Luego volvió a los Panamericanos en San Paulo en el 2018 donde se quedaron con el cuarto lugar y este año ya estuvo en Nápoles, Juegos Olímpicos Universitarios en el mes de julio y fueron décimos, oportunidad que Japón fue el campeón con jugadores profesionales. Pero el proceso siguió hasta llegar a esto y la celeste se consagró campeón mundial.
ENTRENADOR DE GOLEROS
Comenzó a trabajar como entrenador de goleros en Juventud de Las Piedras en agosto del 2015 merced a una invitación de Leonel Pintos y Jorge Giordano.
Andrés estuvo entrenando antes en el mismo equipo como golero de Tercera División, pero nunca pudo lograr el pase. Allí permaneció hasta julio del 2018 cuando por motivos personales y de estudio, renunció, pero quedaron gratísimos recuerdos como haber trabajado con el plantel de Primera División y haber conocido a goleros como Fabián Carini, Juan Castillo, Martín Rodríguez y Gonzalo Falcón, entre otros.
LA FINAL DEL DOMINGO PASADO
Cuenta Carlos Andrés: “Fue un partido durísimo jugando en un estadio para cuatro mil personas y estaba repleto. Australia era un equipo muy fuerte físicamente y jugaban muy bien. A los tres minutos hicimos el primer gol, pero ellos nos empataron y tuvimos algunas chaces en el contragolpe. Fuimos al alargue y faltando tres minutos para el final, un penal bien sancionado a nuestro favor, termina en el segundo gol y el título”.
Pero ahí viene lo mejor, el festejo, el recuerdo a los seres queridos y la entrega del trofeo como mejor jugador del Mundial: “Es una sensación única, algo que lo anhelábamos mucho, pero lo veíamos lejano. Pero, partido a partido, comenzamos a verlo más cerca y con chances de lograrlo como al final se dio”.
“La entrega del trofeo como el mejor golero fue impresionante, aunque con el pasar de los partidos veíamos que se podía dar porque en definitiva tuvimos solamente tres goles en contra y, aunque parezca mentira, dos de ellos fueron en contra, luego de rebotes en nuestros defensas. Personalmente, muy feliz, algo que nunca lo había imaginado en mi vida y en ese momento se vienen recuerdos de la familia, de la niñez, de los primeros años de juventud de los padres acompañando todo el proceso”.
“Recuerdos de lo que vivió mi padre como arquero logrando cosas importantes para él y para el equipo que defendía, incluso la selección riverense, de muchos amigos de Rivera y la cantidad de mensajes que recibí, de mis entrenadores, el Casca Paris, Luciano Aguiar, en Montevideo Leo Pintos, en fin, una mezcla de muchas cosas, de los sueños cuando quería ser un jugador profesional, no pude ser, pero el destino me había preparado esto que es realmente sensacional y todo eso me deja muy feliz”.
EL FESTEJO
El final del partido, la alegría incontrolada, el acto protocolar, la entrega de medallas y trofeos y luego el festejo interno que en esta oportunidad fue compartido, en el hotel chino, con mexicanos y brasileños. “Conversamos toda la noche y atendimos el teléfono toda la noche, gente de Rivera, del país, en fin, una felicidad indescriptible”. Lo sintetiza muy bien cuando dice que todo ello es “una caricia al alma”.