¿A quién corresponde el control de las sanciones impuestas por el Tribunal?
Este Tribunal de Penas se ha caracterizado por imponer algunas penas que consideramos muy difíciles de aplicar, o por lo menos de controlar que se cumplan.
En determinados momentos se resolvió la imposibilidad de asistir a los encuentros por parte de técnicos, delegados y hasta de hinchas.
La realidad, por lo menos en estas categorías formativas, donde la entrada es voluntaria y donde hay porteros que son designados por las instituciones sin ninguna responsabilidad ni posibilidad de impedir el ingreso a nadie, estas decisiones son muy difíciles de aplicar.
Creo que es oportuno establecer que Sandro Etchechury, director técnico de Cerro fue el primero, este año, que fue sancionado con esta medida y la cumplió.
En alguna oportunidad fue hasta el escenario donde jugaba su equipo, dejó a los integrantes del plantel y se retiró.
Cumplió al pie de la letra la decisión del Tribunal.
Ahora es el delegado de Cerro quien ha sufrido una sanción similar.
También está sancionado un parcial de Oriental a quien, coincidentemente, no se lo ha visto en los escenarios donde juega el azul pero ni siquiera está enterado de la medida adoptada por el Tribunal.
Se trata de una medida ejemplarizante y que si se pudiera cumplir sería muy buena y alertaría acerca del buen comportamiento de todos los actores dentro y fuera de la cancha.
Sin embargo somos conscientes que no es una sanción fácil de aplicarla si no se cuenta con la buena voluntad de quien la recibe.
Ni siquiera existe la posibilidad que si la persona sancionada ingresa al escenario de juego, su institución pierda los puntos, si los gana en la cancha, porque existe un antecedente inmediato de la propia OFI que permitió que un Preparador Físico sancionado sin que nada hubiera pasado a pesar del reclamo del rival en un partido del Campeonato de Selecciones.
Se dice que la única sanción posible es duplicar la pena pero, nada más y el sancionado puede seguir ingresando al campo de juego multiplicando geométricamente la pena hasta quien sabe cuando.