Rivera, viernes 5 de julio de 2024
No enmudeció su guitarra; ahora suena para siempre...

Falleció Juan Carlos Rodríguez Aquino

TRANQUERAS (Por José María Almada Sad). Superado el primer impacto de la noticia, lacerante para el alma por lo temprana de la partida del amigo, nos embargaron atropelladamente encontrados sentimientos. Más allá de la fría y firme tenaza que nos oprime la garganta, debemos confesar la agradecida alegría de haber compartido con Juan Carlos varios senderos en la vida. En la amistad, en el periodismo, en la bohemia, en los afectos de familia.
Y si hay algo que demostraba la alegría con que vivía, era su amor por la música, el folklore y la guitarra, contagiando con la fuerza de su canto desde las cuerdas, y cautivando con su firme voz varonil, ya fuera en un escenario destacado, o en una rueda de asado, truco y guitarra a orillas del Tacuarembó, o en todo evento donde se lo necesitara. Cantautor junto a su hermano Mario, supo homenajear a las cosas más nuestras, a su Tranqueras por encima de todo, al río Tacuarembó, al arroyo Rubio Chico, a nuestros carnavales.
Nacido en Tranqueras, hijo de Venancio “Birí” Rodríguez Bueno y Amanda Aquino Bevans, folklorista y trabajador de las comunicaciones. Integraba el dúo “Hermanos Rodríguez” junto a su hermano Mario. Debutaron en 1978 desarrollando una trayectoria artística que hasta tiempos recientes ha ido en ascenso y siempre ayudando a colegas, medios del prensa, y sobre todo instituciones que solicitan su colaboración artística.
Sería muy largo citar los Festivales en que han actuado, y los galardones y premios obtenidos. Juan Carlos era además un hombre de servicio habiendo integrado casi por tres décadas el Club de Leones de Tranqueras, ocupando todos los cargos incluso la Presidencia, y desde esa institución pudo siempre multiplicar y sumar esfuerzos en los distintos programas del club al servicio de la comunidad.
Fue también un hombre de las comunicaciones desempeñándose desde 1993 en la Empresa Tranqueras Video Cable como Gerente Técnico, y desde hace varios años hasta la actualidad desempeñó también la misma Gerencia de Vichadero Video Cable y Minas de Corrales Video Cable, todas integrantes del Grupo Multimedia del Norte con Radio Acacia, Radio Reconquista y Canal 2 Tranqueras, todos los que tuvieron a Juan Carlos como un agente leal y laborioso.
En lo estrictamente técnico-periodístico es muy recordada su Dirección Técnica y Edición durante más de 10 años del Programa “Actualidad Tranquerense” que salía por Tevediez Rivera, desde abril de 1991 a enero de 2003, donde la vida me dio el privilegio de compartir con él esa aventura televisa.
Juan Carlos estaba casado con la Escribana Mónica Silveira Saralegui y tienen tres hijas Victoria, Valentina y Sara. Hincha futbolístico de su querido Club Atlético Tranqueras, por quien también dedicó su tiempo. Era un vecino aún joven, lleno de sencillez, amigo de los amigos, protagonista de mil anécdotas desde los tiempos del viejo Liceo de Tranqueras en sus tiempos juveniles – y donde llegó a ser docente -, y poseedor de una rica vida de amistad y bohemia.
Recibió Mención Especial en Cultura en el Acto de los “Marco de Oro” 2012 por su trayectoria artística y como hombre de servicio. En un homenaje espontáneo, cuando su cuerpo estaba por ser retirado de la sala donde fue velado, sus familiares, sus colegas, sus amigos y toda la concurrencia lo despidió cantando uno de sus más bonitos temas compartido con Mario, un verdadero himno a La Palma y al arroyo Rubio Chico.
No es necesario decir que cada uno de los presentes dejó el alma entonando la canción, y todos estamos seguros de haber oído la voz de Juan Carlos que se entreveraba alegremente en el coro que lo homenajeaba. Mire si se iba a perder de cantar. Luego los aplausos cargados de afecto, los ojos húmedos, los abrazos firmes, apretados y silenciosos, el llanto callado de sus seres más queridos. Y solo por esos instantes la alegría con que nos propusimos recordarlo, cedió ante la realidad terrena del momento; ya no resuena su guitarra en las madrugadas, en las ruedas de amigos y en tantos rincones de alegría y folklore.
Ya no tengo quien me llame “compiñero” cambiando risueñamente la “a” por la “i” pues así me puso de mote desde los años noventa, cuando el norteamericano Pedro Cruz, en su mal español aprendido en Tranqueras, nos decía “ustedes muy compiñeros”. Pues nos veía juntos interminables horas al día preparando informativos, consolidando a través del periodismo televisivo una amistad que venía de nuestra más tierna juventud.
Pero su guitarra que ya no suena aquí, ahora suena para siempre, pues a esta hora debe andar por allá arriba, haciendo bullicio y cantando alegremente en quien sabe qué lindo rincón del cielo.

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