Arte sin fronteras
(Por Michel Croz) Una noche fría, gélida. Sin embargo 300 personas. Fue el 24 de julio. Un viernes de política (a la misma hora Tabaré Viera evaluaba su gestión y dejaba la intendencia para ser candidato). A pesar de miedos y gripes (la menos famosa bajó a Eddy Suárez de las tablas), “El Tiempo es Arte” nació fuerte en la frontera de la paz. Un escenario de un Teatro Municipal de Rivera habitado por artistas y espectadores (todos protagonistas).
Y dos bandas: Candeá e Hipotálamo de Tacuarembó. ¡Dos grupos que sonaron como los dioses! Y la gente (a pesar del frío adentro) agradecida.
El espectáculo lo inicio la gente. Los espectadores entraban a la sala cuando se probaba el sonido. A pedido del presentador Gustavo Guerequiz el público salió al hall. Allí nosotros del Taller Teatro Independiente: Ester Rebollo y yo, diciendo textos de Pessoa: “O artista é um fingidor / finge tão completamente / que chega a fingir que é dor / a dor que deveras sente”, y de Martí: “Vengo de todas partes / a todas partes voy / arte soy entre las artes / por entre las calles / calle soy”, y en el encuentro de los dos, el estribillo de una canción popular recreada por Lorca.
Con panderetas y actuando los poemas, abrimos las puertas de la sala.
La gente se acomodó. Fue la vez del poema “José” del brasileño Drummond, en una dramatización donde Ester dice el verso más conocido de la historia del teatro: el “ser o no ser” (del “Hamlet” shakespireano).
Entonces lo mejor. Candeá cantando: “Um velho calção de banho / o día pra vadiá…” (“Itapuã”). Con voz marcante, la de Santiago Marrero y mucha “bossa”, Emilio Ramos, Pico Márquez y Fernando Isasa nos hicieron disfrutar del sol tropical (fantaseando Salvador o Ipanema), en el suave “balanço” de la música popular brasileña. Elisa Formoso le dio un timbre tanguero a algunos temas revisitados por Candeá.
Fernando Isasa permaneció en el escenario. El músico y profesor de matemáticas (cursó Cerp en Rivera), fue el helo que unió a ambos grupos, Candeá e Hipotálamo. Fernando supo abusar de sus dotes de guitarrista ambientando un blues para que pudiera decir “Polifonía / Riveramento”, un poema (o algo así) de mi autoría.
Luz María enganchó videos artísticos seleccionados con sensibilidad y calidad de proyección. Luz Maria junto a Daniela Acuña, y a otros compañeros, fueron los promotores del proyecto.
Y entonces Hipotálamo (Isaí López, Cachito Freitas, Derdy Rivas y Marcelo Paez) recorrieron un repertorio de jazz fusionado que hizo vibrar al público, ya casi en estado de gracia. Y en encuentros que sacaron aplausos, como cuando saxo y trompeta confluyeron en ajustadas sonoridades.
El espectáculo fue auspiciado por los Centros M.E.C. y por la Intendencia de Rivera.
Los centros pagaron el caché de los músicos. La intendencia prestó el Teatro (gracias Alex). La producción fue del grupo “Tiempo es Arte” que puso la (excelente) amplificación y luces que el Municipal hace tiempo nos debe. La entrada fue gratuita (hay vocación, que compartimos plenamente, de popularizar creaciones y creadores locales). Gracias al apoyo de empresas privadas (de Rivera y Tacuarembó) se pudo empatar gastos y beneficios.
Fue un viernes especial. Previo al nacimiento del primer día del año, en el calendario maya (lunar y más certero que el nuestro, gregoriano y solar). Nacimos todos. Nacimos para un proyecto que debe tener continuidad y más apoyo. Por nuestros artistas, por nuestra cultura. Por nuestra polifónica identidad.
Qué bueno saber que el arte se mantiene vivo, Michel tú siempre listo para actuar, ¡qué alegría¡¡¡