Violencia en el Centro: ¿Quien le pone fin?

(Por Ariel Rodríguez) La ciudad ya no es la misma, cada vez son más los casos de violencia. Cada vez los inadaptados se van adueñando más de espacios públicos que son de todos. Días atrás desde NORTE comentábamos la situación en Parque Internacional, con un grupo de menores que tiene atemorizados a todos a trabajadores de los tráilers, a quienes quieren disfrutar del paseo.
La situación se repite, no cambia. Días atrás integrantes de una de las protectoras de animales, llegaron a un acuerdo con quienes se han adueñado del Parque Internacional y allí pernoctan junto a sus perros, para que permitieran que la Comisión de Zoonosis los castrara, mientras la protectora se encargaba de los cuidados inmediatos. Solicitaron una carpa al ejército y allí tempranito se instalaron.
Grande sería la sorpresa cuando estos individuos les comunicaron que en la noche habían tomado la decisión de no autorizar la castración y peor aún pasaron a insultar y amenazar al extremo que debió actuar personal de radio patrulla. Claro la gente de la protectora y zoonosis se fueron, quienes quieren disfrutar del parque no pueden ir por que corren riesgos de todo tipo. Los inadaptados siguen allí, ellos y sus perros.
En la tardecita de ayer frente a Confitería City, en plena avenida Sarandí, con muchos brasileños disfrutando de la tarde, dos menores, de los que deambulan por el centro, se enfrentaron en una verdadera lucha. Los separaron. Minutos después llegaron cuatro o cinco o seis de un lado y otros tantos del otro. Volaron sillas, platos, vasos. Muchos clientes se fueron y hasta capaz que alguno no vuelve. Los menores siguen deambulando por Sarandí.
Días atrás, en Mandubí robaron la casa de una pareja joven le levaron algo del poco dinero que tenían, algunos electrodomésticos y hasta un bien que era de esos que son puro recuerdo. Hicieron sus necesidades por la casa. Se sabe quienes fueron, son menores, no se les puede hacer nada y si los denuncias, salen al poco rato y es peor. La pareja perdió la tranquilidad quiere irse del barrio, tiene miedo. Los ladrones, los inadaptados, se comieron un buen asado, consumieron pasta base y siguen allí. Nos preguntamos ¿Quién se hace responsable de todo esto? ¿Quién le pone fin?