Movilización contra la despenalización del aborto

En el marco del “Día Internacional del niño por nacer”, un grupo de riverenses, no identificado con religión o partido político alguno, se movilizarán en la jornada de hoy, en contra de la propuesta, planteada en el ámbito legislativo, de despenalización del aborto. Para ello invitan a todos quienes coinciden con esa postura, a encontrarse en Plaza Flores, en la jornada de hoy, a las 19:00 hrs. En la oportunidad de se presentarán videos sobre el tema y habrá unas breves palabras.
Aseguran los organizadores, que este tema trasciende largamente las religiones, temas partidarios o razas, es un tema de corte antropológico, está la raíz del hombre, según indicaron.
Sostienen que si aprueba la ley de despenalización del aborto, ello significa, para un país que ya tiene una pirámide etárea envejecida, un futuro similar al de Rusia, China o la vieja Europa, un verdadero invierno demográfico, con índices de natalidad negativos. Un país necesita del vigor e impulso de sus nuevas generaciones, con esta ley se estaría castrando esa posibilidad. Las últimas cifras resultado del censo 2011, son preocupantes, en la medida que la población de Uruguay apenas creció. Mientras el Presidente de la República habla de la necesidad de traer trabajadores desde el exterior, el oficialismo desde el parlamento insiste con esta ley, que ya fuera vetada por Tabaré Vázquez.
Sostienen que despreciar la vida con el criterio de un mero plazo de tiempo es inhumano.
El ser fecundado es un individuo irrepetible, dotado de una estructura genética única, programada por el ADN, distinta a la de la madre.
El padre y la madre son dueños del acto sexual, pero no del fruto de ese acto. Aunque jurídicamente la mujer sea dueña de su cuerpo, éste también es un núcleo de responsabilidades sociales, por ser el lugar en el que ha comenzado una nueva vida. Y esta vida nueva plantea derechos y responsabilidades. La responsabilidad que contraen la mujer y el hombre al engendrar no conlleva un derecho de condenar a muerte al hijo.
El embrión muestra una enérgica individualidad en su funcionamiento. Al sexto día, con sólo milímetro y medio de longitud, comienza a estimular, con un mensaje químico, el cuerpo amarillo del ovario materno para suspender el ciclo menstrual y no ser expulsado. Es una primera afirmación de autonomía. Al decimoctavo día de vida, empieza a formarse el cerebro. Su minúsculo corazón late desde el día 21. A los 45 días, tiene manos, pies, cabeza, órganos y cerebro, pudiéndose registrar ondulaciones en el electroencefalograma. A los 60 días, funciona ya su sistema nervioso. Después de la concepción, no hay un paso del no ser al ser humano. La vida humana está siempre en despliegue, y sólo relativamente pueden distinguirse fases en ella.
La viabilidad es también relativa: hace cuarenta años un niño era viable a las 30 semanas. Hoy puede serlo a las 20 semanas; y sobran indicios para pensar que en breve lo pueda ser a las 12 o 15 semanas.
El embrión tiene carácter humano desde el momento de la fecundación. El dato básico de toda la Biología moderna es la célula, o sea, la más pequeña cantidad de materia que reúne todos los requisitos de un sistema viviente. El hombre es un ser pluricelular, cuya individualidad biológica se constituye en la célula originaria, que surge al fusionarse la célula reproductora masculina con la femenina.
Si el criterio diferenciador de la vida humana fuese la existencia y funcionamiento, más o menos perfectos, del cerebro, entonces ni el recién nacido estaría en situación de ser considerado como pleno ser humano. Negar al embrión sin actividad cerebral la condición de hombre es tan falaz como negar la condición humana al adolescente porque todavía no es adulto.
La interrupción del embarazo, por contraceptivos orales en su primera fase, o por métodos más violentos en fases avanzadas, es siempre un aborto; o sea, un atentado que pone fin a una vida humana inocente
Es cierto que la despenalización (y legalización) no convierte la acción criminal en buena. Pero las estadísticas muestran que, en la práctica, la despenalización del aborto ha implicado su aumento.
Bien está que la criatura nazca cuando es querida previamente por sus progenitores, pero si no la desean o no la han planificado, es una amenaza al equilibrio amoroso de la pareja. Este argumento responde a un enfoque individualista, propio de capitalistas y liberales. El mayor número de abortos se produce motivado por la afirmación de la libertad sin responsabilidades, o sea, por razones de conveniencia y bienestar.