Rivera, viernes 13 de diciembre de 2024
Documento de análisis y propuestas:

Los CeRPs ante las nuevas políticas educativas en formación docente

Tal como lo hemos informado, existe preocupación en la comunidad educativa en general, por lo que podría ser el desmantelamiento de los CERPs, en función de políticas instrumentadas por autoridades de la enseñanza. El tema está en la órbita del parlamente y se aguarda con expectativa que es lo que pueda ocurrir. A continuación transcribimos parte de un extenso documento, dado a conocer por docentes de dichos centros:
“En los últimos diez años, la formación de profesores para la Educación Media en nuestro país ha tenido un cambio significativo. A partir de la creación de los Centros Regionales de Profesores (CERPs), se sustituyó el monopolio de la formación de profesores, representado hasta ese momento en el Instituto de Profesores Artigas (IPA), de Montevideo, por un sistema nacional de formación docente con carácter presencial, descentralizado y público.
Con la fuerza de la evidencia empírica, hoy el país sabe que en materia de formación docente el monopolio del IPA en la capital del país, así como la experiencia de la formación semilibre en los Institutos de Formación Docente en el resto del territorio nacional representan una apuesta institucional a todas luces insuficiente para lo que el país necesita. Veamos algunas de esas evidencias:
1) En el año 1997, (luego de 46 años de fundado el IPA), en todo el interior del país, sólo había 1.200 profesores titulados. En nuestros días, egresan anualmente de los seis Centros Regionales Profesores, entre 450 y 500 docentes.
2) En aquel año, de todos los Institutos de Formación Docente del Uruguay, egresaron sólo 40 profesores.
3) En el año 1999, del Instituto de Profesores Artigas, sólo egresaron 75 profesores.
4) En el año 2007, apenas hace unos días, el Consejo de Educación Secundaria realizó un llamado1 (inscripciones entre el 20-29 de junio) a personas idóneas con Bachillerato aprobado, para dictar clases en las siguientes asignaturas: Astronomía, Educación Musical, Física, Geografía, Informática e Inglés, en carácter fundamentalmente suplente el cual regirá por vía de excepción y únicamente por el año lectivo 2007.
En el Siglo XXI, llegar al extremo de convocar a personas “idóneas” con carácter suplente sólo para este año (es decir que no se confeccionarán listas de interinatos) para formar a las nuevas generaciones es la forma de demostrar que el modelo de formación docente centralizado en la capital del país, ha fracasado.
Las propias autoridades, cuando analizan estos resultados, señalan que “el número de egresados del IPA presenta importantes altibajos en los valores anuales, ello puede estar atado a las tasas de deserción y rezago verificados en el sistema”.
Uno de los indicadores para observar los resultados de la experiencia en los Centros Regionales de Profesores, es la proporción del número de egresados en el total del sistema.
Los datos analizados por ANEP, indican que para el año 2004, último dato disponible en documentos oficiales, el 61% del total de profesores egresados del sistema, eran provenientes de los Centros Regionales, mientras que el 39% restante eran egresados del IPA.
Sin embargo, el modelo de CERPs, a pesar de sus comprobables beneficios en la profesionalización docente, hoy está amenazado.
Las autoridades de Formación Docente, a través de su propuesta de Plan Único Nacional, vienen planteando una serie de modificaciones que en los hechos -y así lo hemos reclamado insistentemente, aunque sin éxito- terminarán erosionando las bases de dicha experiencia: descentralización, igualdad de oportunidades y profesionalización docente.
Ante esto, hemos optado por presentar un conjunto de argumentos que -estamos seguros- muestran con contundencia dos grandes cosas: que todo intento por debilitar o desconocer la experiencia del modelo CERPs no solamente contradice el rumbo hacia la profundización de la democracia en la Educación pública del país y en segundo lugar, que en formación docente corremos el riesgo de sustituir el debate sereno y académico por posturas pretendidamente críticas, aunque plenas de necedad”.

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