Rivera, jueves 28 de noviembre de 2024

La Sociedad Libanesa de Rivera conmemoró sus primeros cien años

(Por Rosa Dutra) El viernes por la tarde, en el hall del edificio comunal, se realizó el acto de homenaje con motivo de los cien años de la Sociedad Libanesa. Estaban presentes el Embajador Libanés Alejandro Bitar, el intendente Marne Osorio, el diputado Gerardo Amarilla, el representante de la Coordinadora Nacional de los Libaneses y Descendientes Felipe Borche Helal, el representante mundial de los libaneses, representantes de las sociedades libanesas de otros puntos del país, representantes de la Cruz Roja Departamental, descendientes libaneses de Rivera y Livramento, autoridades de Tranqueras encabezadas por la Alcaldesa interina y del Rotary Club Tranqueras, entre otros.
En la parte oratoria, el primero en hacer uso de la palabra fue el Presidente de la Sociedad Libanesa de Rivera, José María Almada, quien dio la bienvenida a los presentes. Hizo referencia a los cien años y sobre la responsabilidad que tienen los integrantes de la sociedad. Agradeció al representante diplomático del Líbano que los visitaba y a otras autoridades que allí se encontraban.
Dijo sentir mucho orgullo de los antepasados que vinieron al país en 1895, “cuando en el Líbano las cosas eran difíciles y Uruguay era la Suiza de América. Hoy hay dieciséis millones de libaneses esparcidos en el mundo; en Brasil hay nueve millones”, explicó.
Señaló que los emigrantes que llegaron al Uruguay, se abrieron caminos gracias a la hospitalidad y generosidad del pueblo oriental. Llegaron, además, a Rivera y a Tranqueras en el ferrocarril. Trabajaron en el ramo del comercio, comenzando con ventas de distintos artículos en la ciudad y la campaña. En poco tiempo ya tenían locales comerciales establecidos, haciéndose fuertes.
Recordó que “el paisano José Posada donó el terreno para lo que hoy es la Plaza de Deportes y fue el primero que pisó este suelo riverense. Pasó el tiempo, y el 28 de setiembre de 1917, se creó la Sociedad Libanesa de Rivera, con trescientos libaneses, los cuales se integraron a la sociedad riverense y de Tranqueras. Las primeras Actas de la Asociación fueron escritas en árabe”.
Citó el aporte que hicieron a Rivera en agradecimiento por su hospitalidad: En 1930, al celebrarse los cien años de la Jura de la Constitución, donaron todas las luces para Avda. Sarandí. “Más adelante fue denominada una calle con el nombre de Líbano, que hoy es una gran Avenida”.
“Hoy el Líbano es conocido como la Suiza de Medio Oriente. Es un país pequeño geográficamente, con diez mil cuatrocientos setenta y dos kilómetros cuadrados, similar al Departamento de Durazno, y con cuatro millones de habitantes y dos millones de refugiados. Pero es un país muy significativo en su historia de más de siete mil años. Los antepasados fueron los fenicios, inventores del alfabeto”, continuó.
Agregó que “el Líbano cabe siete veces dentro de Uruguay. Tiene montañas nevadas, playas en el Mediterráneo, se puede pasar de esquiar en la nieve a ir a la playa al mismo tiempo. Tiene cuarenta Universidades, tiene monumentos íconos de la historia de la humanidad. El turismo es una importante fuente de ingresos. Allí conviven en armonía dieciocho religiones. Jesucristo hizo su primer milagro en Líbano, convirtió el agua en vino”.
Luego de sus palabras se entregó al Intendente Departamental una placa de reconocimiento a Rivera por su hospitalidad para con los libaneses.
Por su parte, el Intendente Departamental, Dr. Marne Osorio, expresó su satisfacción de poder estar en esa celebración del siglo de existencia de la Sociedad Libanesa, “frente a una comunidad relevante para nuestra historia, para nuestra comunidad y realidad actual del Departamento”. Destacó que “siempre, desde sus orígenes, Rivera tuvo una característica cosmopolita donde los pueblos que llegaron al país vieron en las tierras del norte, tierras de oportunidad. Llegaron hasta aquí con una valija de sueños y de ganas, ayudando a construir este pueblo y a la comunidad fronteriza de la paz, donde existe integración real, hermandad entre los pueblos”.
En el intervalo de la oratoria, la profesora de danzas árabes Dra. Rima Halimah y sus alumnas ofrecieron un espectáculo de danzas árabes que arrancaron los cálidos aplausos de todos.
Luego el Embajador del Líbano en Uruguay, Dr. Alejandro Bitar, dejó su mensaje. Contó que hace un año hicieron la presentación de un libro de un hijo de Rivera de la familia Bouchacourt, titulado “Mis queridos inmigrantes”. Dijo que le llamó la atención la fábrica de Molke de Rivera, de la misma familia Bouchacourt. Una fábrica importante que dio trabajo a mucha gente. “La fábrica Molke, los trabajadores libaneses y la familia Bouchacourt para el Líbano son faros que dirigen a los barcos hacia la libertad, la esperanza, el conocimiento y el desarrollo”, enfatizó.
“Aunque los faros no se terminaron, porque siguen en la sociedad de Rivera, de Montevideo y en otras partes de este querido país, dentro de esos faros está la Sociedad Libanesa de Rivera y el gran amigo Almada Sad, que con sus pocos recursos siempre a través de la publicación ‘Hoja de Cedro’, se acuerda y habla del Líbano. Los compañeros de Almada son el faro de la colectividad del Líbano en Rivera”, agregó Bitar.
Señaló que “Rivera es una sociedad abierta. No se sabe quién es brasileño y quien es uruguayo, ni italiano, ni alemán, ni español, ni libanés. Es una sociedad donde no hay fronteras, hay convivencia. Donde la gente comparte los principios fundamentales del ser humano, más allá del color de la piel, del pensamiento, o sus sentimientos. Porque, más allá de todo eso, siempre se enfoca en lo más profundo del hombre, que es su libertad, su paz y su amor, en su humanidad”.
Finalizó diciendo que “ojalá que todo el planeta sea como Rivera, sin fronteras, sin obstáculos, sin barreras, ni trabas, donde todos los seres humanos, puedan hacer valer los valores humanos. Hablo así porque los libaneses, italianos, armenios que sufrieron masacres, saben lo que quiere decir el dolor, la tristeza y el sufrimiento. Que en este mundo también hay gente que todavía está sufriendo la discriminación, el hambre, la amenaza, el terrorismo y se escapan de un lugar a otro. En el mar hay miles de niños, mujeres, hombres que perdieron la vida porque buscaban la esperanza y la paz”.
Por este motivo pidió que fueran agradecidos los libaneses “por llegar a un país que les abrió sus brazos, donde la gente los recibió y le dieron el camino hacia el progreso y el desarrollo. Que mantengan la unidad dentro de la pluralidad de Uruguay y que este país sea el jardín multicolor del rojo, del amarillo, del libanés, del alemán, del italiano, del francés, del español, del armenio, del judío… Que todos vivan en armonía, paz y amor”.

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