Escuela de Ladrilleros de Rivera capacitará en uso de tecnologías más limpias
El pasado martes se desarrolló en la ciudad de Pando, Departamento de Canelones, el encuentro “Producción más limpia y formalización de ladrilleras en Uruguay”, objetivos que el Gobierno pretende alcanzar con los catorce mil trabajadores del área, expresó la subsecretaria de Industria, Olga Otegui. Con ese fin, la Escuela de Ladrilleros de Rivera capacitará en cinco departamentos sobre construcción de hornos ecoeficientes y techos especiales donde almacenar la producción.
La finalidad del encuentro, organizado por el programa Page, que llevan adelante la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y el Ministerio de Industria, Energía y Minería, fue intercambiar experiencias con los ladrilleros y asesorarlos en las nuevas técnicas que existen para este tipo de producción. En Uruguay existen unas catorce mil personas trabajando directamente en la producción de ladrillos.
Otegui explicó que el objetivo general y a largo plazo del programa Page es colaborar en la transformación económica del país, mediante el fortalecimiento del empleo y la producción y la generación de capacidades. En lo que respecta al sector ladrillero, se pretende avanzar hacia su formalización e incorporar en sus procedimientos tecnologías más limpias.
Por su parte, el director de la Escuela de Ladrilleros de Rivera, Alejo Hoffman, informó que están difundiendo entre los ladrilleros uruguayos experiencias adquiridas en países como Bolivia y Colombia. Rivera es el único lugar que cuenta con un horno ecoeficiente y un taller techado que permite la semimecanización del proceso. “Queremos lograr conformar una cooperativa nacional de ladrilleros “, dijo.
Explicó que se impartirá un curso piloto en cinco departamentos, que luego se extenderá a todo el país, con el objetivo de que los productores aprendan a construir hornos ecoeficientes para una producción más limpia de ladrillos y un sistema de techos a modo de invernáculo.
Hoffman comentó que existen varios programas, como la Red de Desarrollo Maderero de Rivera (REDEMA), que proporciona destino final a los desechos de los aserraderos de ese departamento. Esto beneficia al ladrillero con el aserrín para la elaboración del ladrillo y la leña para el quemado de las piezas.
Otro convenio que favorece al ladrillero implica la utilización de la ceniza y otros residuos de la producción de biomasa. Se trata de un grafito que se incorpora al ladrillo para acelerar el proceso de secado y la arena que queda en el fondo de las calderas, que, luego de petrificarse al tomar contacto con el aire, se usa para fortalecer los caminos por donde transitan los ladrilleros.
Con la arena que queda de ese producto, luego de ser tamizada, se elaboran bloques de hormigón, en el marco de un proyecto llevado adelante por jóvenes con discapacidad, en el cual interviene el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP) y la embajada de Canadá.
La Escuela de Ladrilleros de Rivera, única en América, abrió sus puertas en octubre de 2009, con el apoyo de la Intendencia local y del programa ART-Uruguay del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Entre otras cosas, ofrece atención en aspectos sociales al ladrillero y su familia, para que en la época entre zafras dispongan de otros ingresos. También les otorga asistencia jurídica y atención en salud bucal gratuita, que, próximamente, se extenderá a niños.