Bergara evaluó enlentecimiento en aumento de precios como un buen primer paso
El Índice de Precios del Consumo (IPC) aumentó en los últimos 12 meses 9,73% (ver nota aparte). Frente a estos datos, el Ministro de Economía, Mario Bergara, indicó que la leve merma “hay que tomarla como un buen primer paso esperanzador” y que el impacto de las medidas adoptadas por el Gobierno se expresarán con más fuerza en abril y mayo.
Bergara sostuvo que el principal desafío actual de Uruguay consiste en que “la inflación retome una senda convergente hacia el rango objetivo”. Explicó que la economía nacional afronta un contexto de precios altos, debido a las presiones inflacionarias externas y las domésticas, por algunas restricciones de oferta y por contar con tasas de empleo muy bajas.
Puntualizó que la firme demanda doméstica se relaciona con el incremento real de los ingresos de los hogares y no por un aumento significativo del crédito. “El canal crediticio no es el combustible del consumo”, sino que este se sustenta en los ingresos genuinos de los hogares en el 90% de los casos.
En cuanto a las restricciones de la oferta se debe especialmente a algunas deficiencias del mercado laboral, pues 54% de los trabajadores tiene menos de nueve años de educación y casi el 50% busca trabajo con jornadas de reducido horario u horarios especiales.
El funcionario añadió que la política monetaria contractiva impulsada por el Banco Central es esencial para obtener resultados positivos en el mediano plazo, pero no es potente en el corto plazo. Sostuvo que las medidas impulsadas este mes por el Gobierno inciden en el corto plazo, en las expectativas de los diferentes actores.
También aseguró que la política fiscal no ha introducido presiones inflacionarias significativas. “Plantear un ajuste fiscal para resolver el problema inflacionario no se sostiene ni técnica ni políticamente”, enfatizó.
Posteriormente se remitió a un estudio del Fondo Monetario Internacional sobre Uruguay, el cual señala que para lograr una reducción de dos puntos porcentuales de la inflación habría que realizar un ajuste fiscal de 4,5% del producto interno bruto.
“Eso sería como eliminar todo el presupuesto de la educación”, sentenció, tras lo cual precisó que 75% del gasto público es en el área social. El ministro recordó que los salarios reales acompañan incrementos de productividad y se moderan en la última ronda de negociaciones.