Rivera, lunes 29 de diciembre de 2025

Basural a cielo abierto frente a una escuela: una conducta que interpela a toda la comunidad

(Por Raúl Barboza) Un terreno baldío ubicado en la intersección de Enrique Cottens y avenida Cuaró, frente a la Escuela Nº 5, de nuestra ciudad, se ha convertido desde hace tiempo en motivo de preocupación y malestar para vecinos de la zona. Lo que debería ser un espacio limpio y cuidado, especialmente por encontrarse frente a un centro educativo, terminó transformándose en un enorme basural a cielo abierto.
Durante meses, residentes del barrio realizaron denuncias y reclamos ante la Intendencia, alertando sobre la acumulación de residuos de todo tipo, los malos olores, la proliferación de alimañas y el impacto negativo que esta situación genera en la vida cotidiana del lugar. Como respuesta, el gobierno departamental procedió a la limpieza del predio y colocó un cartel con la leyenda “Prohibido tirar basura”, en un intento por desalentar estas prácticas.
Sin embargo, la medida tuvo un efecto efímero. A los pocos días, el terreno volvió a llenarse de residuos, llegando incluso a observarse basura arrojada al pie del propio cartel, en una actitud que evidencia una total falta de respeto. Falta de respeto hacia los vecinos que reclaman un entorno digno, hacia los niños que diariamente concurren a la escuela y deben convivir con esta realidad, y también hacia las autoridades municipales que tienen la responsabilidad -y el costo- de mantener la limpieza de la ciudad.
Lo más grave es que se ha constatado que no se trata únicamente de personas ajenas al barrio. Algunos vecinos de la propia zona, de manera inescrupulosa y sin la más mínima empatía ni sentido de convivencia, se suman a arrojar sus residuos en el lugar, agravando una problemática que afecta a toda la comunidad.
Este tipo de conductas no solo atentan contra el derecho de los demás a vivir en un ambiente limpio y saludable, sino que también reflejan una preocupante falta de compromiso ciudadano. La limpieza de la ciudad no depende únicamente de la Intendencia: es una responsabilidad compartida que exige respeto por las normas y consideración por el otro.
El llamado es claro y urgente. Cuidar los espacios públicos es cuidar a nuestros niños, a nuestros vecinos y a nosotros mismos. Persistir en estas prácticas incívicas no es un acto menor: es una forma de violencia cotidiana que deteriora la convivencia y el tejido social. La solución comienza por un cambio de actitud y por entender que el derecho propio termina donde empieza el derecho de los demás.

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