ADIS: Trece años de crecimiento

La Asociación de Discapacitados, nació en 1995, a impulsos de la Madre Catalina y Gulma, en una humilde vivienda de calle Paysandú, casi Juana de Oriol, teniendo como cometido, desde entonces atender a niñas de nuestro departamento, con discapacidades. En 1998, pasó a ocupar su actual sede, en barrio Santa Isabel.
Para quienes hemos conocido la obra desde sus inicios, es claro el crecimiento que ha tenido, logrado merced al esfuerzo de las diferentes comisiones que han dirigido sus destinos. Al esfuerzo sin pausas de Catalina y Gulma, así como la solidaridad de los riverenses, como también desde otras latitudes, como por ejemplo importantes donaciones de logradas a través de las embajadas de Alemania y Canadá.
Actualmente asisten a treinta niñas, de las cuales 13 están en carácter de internas, mientras que las restantes cumplen horario de tiempo completo.
La casona, de lo que fuera conocido como la “Chacra de Protti”, ahora está rodeada de una moderna edificación que tiene como cometido ser salón de clase y multiuso, a la vez que se trabaja en la construcción de dos nuevas aulas.
Por otro lado realizan un importante esfuerzo en la construcción de un muro perimetral que cubre todo el predio, lo que ha sido posible mediante convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas que proporcionó los materiales, a la vez que se logró mano de obra benigna, mediante el apoyo del Regimiento de Caballería Nº 3, que cubre la tarea con personal especializado.
Además de las tareas curriculares que se desarrollan en materia de aprendizaje, actualmente crían conejos, haciéndolo exclusivamente para el consumo interno, por cuanto no han encontrado mercado para su comercialización, a la vez que trabajan con un vivero, de donde también se proveen de lo necesario para el consumo diario.
Los apoyos llegan a través del Banco de Previsión Social, INDA, INAU, Intendencia Municipal, socios de la institución y colaboraciones.
Uno de los mayores inconvenientes con que se encuentran generalmente, en especial respecto a las niñas internadas, pasa por la indiferencia de parte de sus familiares.