(Por Rosa Dutra) En la mañana de ayer, un grupo de alumnos pertenecientes a varias instituciones de la enseñanza, algunos chicos con discapacidad, junto al técnico José Luis Antúnez, plantaron mudas de árboles nativos en las proximidades del lago en el Parque Municipal “Gran Bretaña”. Los niños pertenecen a las siguientes instituciones: ENIR, CERI, Grupo Ayudar, Escuelas Nº 105 y 37, Clínica Esperanza y APADIR. También se hicieron presentes en este acto el Intendente Departamental, Dr. Marne Osorio, autoridades departamentales, docentes y funcionarios del Parque.
Previo a la plantación de árboles nativos, el Intendente Departamental dio la bienvenida a todos, destacando la plantación de árboles pertenecientes a nuestra flora y pidiendo a los presentes que todos aprendan a cuidarlos, a preservar la naturaleza para las próximas generaciones.
El técnico José Luis Antúnez es experto en gestión de recursos naturales y jardinería del Jardín Botánico de Montevideo, es especialista en flora nativa y técnico agropecuario. En diálogo con NORTE, dijo que esta actividad estaba programada con anterioridad, pero por distintas razones se fue postergando. Respecto a la elección de las mudas de plantas para el talud, se buscó seleccionar plantas que generen poca materia orgánica y a su vez cumplan la función de la parte ornamental y que también generen sombra.
Estas especies pertenecen a la familia de las lauráceas, relacionadas con los laureles, y son la canelera, el alcanfor -de donde se fabrican pomadas-, la canelera amarilla y la negra, y los laureles de monte. Son cinco especies de lauráceas; tres de ellas crecen casi sobre la quebrada, por eso realizan en el Parque una experiencia. También está el laurel negro, que es común, de hojas brillantes, y típico de las sierras. Da una muy buena sombra, es achaparrado y crece en cualquier ambiente. Son de tres géneros: ocotea, nectandra y cinamomo. Son fáciles de reconocer por sus características. Parte de las mudas (treinta plantas) fueron donadas por el Ing. Agr. Andrés Berrutti.
Uno de los principales objetivos es involucrar a la gente de la zona de influencia del Parque para que, además de disfrutar del espacio, sean guardianes de las plantas. El tiempo para que los árboles crezcan y comiencen a brindar su sombra será largo, de aproximadamente cinco años. Para que crezcan sin peligro se deberá controlar la invasión de hormigas, quienes en estos ambientes son las principales depredadoras.
El número de plantas es de ciento veinte, en la primera etapa. En el talud son treinta y cinco pero se incluirá otra más.