Rivera, viernes 8 de noviembre de 2024

El destete (2ª parte)

El destete es el período más crítico de la vida tanto del vacuno adulto como del ternero. En el caso del ternero, éste deberá adaptarse a 3 nuevas situaciones: la separación de la madre (factor emocional), el cambio de alimentación (factor nutricional) y generalmente cambios de potrero (factor ambiental).
En notas anteriores hemos abordado la importancia de destetar a los 4-5 meses de edad. Profundizaremos en esta nota en los fundamentos de dicha práctica de manejo.
La lactación, en volumen, declina desde los 60 días, y desde los 120 a 150 (4 a 5 meses) la ganancia de peso diaria del ternero a través del tiempo depende cada vez más de la ingestión de forraje que el aprovisionamiento de leche.
Coincidentemente, la capacidad digestiva del ternero ha evolucionado positivamente, pasando de actuar prácticamente como un animal monogástrico (un solo estómago) a tener desarrollado su estómago con 4 compartimientos (típico de los rumiantes) parecido al del adulto, que lo habilita para la ingestión de forraje. En esa edad, el ternero ya está en condiciones de obtener de por si y digerir el alimento necesario para desarrollarse, independiente de su madre, ya que la leche es factor directo del crecimiento del mismo solo hasta los 3 meses de edad, siendo a partir de ahí, cada vez más responsable la provisión forrajera. A los 6 meses de edad, la leche cubre solo el 20% de la necesidad alimenticia del ternero y a los 8 meses solo el 10%.
Cuando analizamos los motivos para un destete a los 5-6 meses de edad también debemos considerar los siguientes puntos:
1- como el aumento de peso del ternero se hace aún en parte a expensas de leche, ello significa una doble conversión; de pasto a leche en la madre y de lecha a carne en el ternero. La eficiencia de este doble proceso no es mayor del 9%, mientras que la ingestión directa de forraje es del 30%. Esta doble conversión no es positiva en términos de eficiencia de pastoreos.
2- La eficiencia de la vaca para producir leche al final de la lactación es pobre, pues requiere mayor cantidad de alimento para producir un litro de leche que al inicio de la misma, ya que hay una pérdida paulatina y gradual de eficiencia. A esta altura necesita 4 a 5 veces más forraje para producir un litro de leche que al principio de la lactación.
3- A su vez, esta producción mínima e ineficiente de leche posterga la fertilidad de la madre en el próximo servicio, lo que demuestra la incidencia paralela y negativa de lactación sobre la posibilidad de fecundación de la madre.
En circunstancias de crisis forrajeras, con más razón debemos destetar en otoño, ya que en este caso la vaca producirá aún mucho menos leche que en años normales, lo cual no alcanzará a satisfacer la cría, por lo que ternero y madre competirán más prematuramente por el escaso forraje disponible.
El destete entonces a esta altura se justifica como una necesidad para el ternero, que pasa a mejor potrero par un uso racional de forraje, para un mayor beneficio de la vaca que estará gestante y necesita recuperar peso antes del invierno y para que la fertilidad del próximo servicio no sea disminuida.

DESTETE A CORRAL
Si bien son varios los sistemas de destete que se han empleado tradicionalmente en nuestro país, ya no queda duda alguna sobre la conveniencia de efectuarlo a corral. Dicho método consiste en encerrar a los terneros temprano en la mañana en la manguera, para ayunar. Al estar en los corrales, donde no pueden caminar libremente, evitamos que los mismos queden costeando los alambrados, con lo que perderían lo más valioso que tienen los terneros al llegar al destete; su buen estado, es decir, la gordura que ganaron a costa de la leche materna que tanto le significó a la vaca.
A la tardecita del primer y segundo día de encierro se los acompaña a algún lugar próximo a comer y a tomar agua. Generalmente en estos casos el hambre los vuelve muy dóciles, ya que solo atinan a comer y beber. Luego de una hora se los junta nuevamente para llevarlos a la manguera. Al finalizar el tercer día, se los lleva directamente al potrero donde quedarán en forma definitiva. Es notable en estos casos, observar la adaptación al nuevo sistema de vida y la eliminación del continuo caminar y el mugido de protesta y llamado a la madre.
Nos despedimos hasta una próxima entrega, recordándole que en un mercado cada vez más competitivo, es muy importante contar en todo momento con el asesoramiento profesional continuo por parte de médicos veterinarios e ingenieros agrónomos actualizados, que puedan orientarlo hacia una mayor productividad de su Empresa Agropecuaria.
Marcelo Mendonça, Dr. en Medicina y Tecnología Veterinaria. Cel. 099 17 00 06 / e-mail: [email protected].

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