Rivera, miércoles 18 de diciembre de 2024

2008-2018: Una década del SNAP, Sistema Nacional de Áreas Protegidas

En 2008, con el ingreso del Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos y Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay, se puso en marcha el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Hoy, a diez años, el Sistema es una herramienta potente que tiene como objetivo la conservación de la biodiversidad.
Se trata de un sistema construido en base al reconocimiento y respeto a todos los que durante generaciones cuidaron los paisajes que hoy forman parte del SNAP y que además viven, producen y trabajan en las áreas: una de las características distintivas de nuestro país.
Durante el evento de celebración de la primera década del SNAP, que tuvo lugar el miércoles 26 de setiembre, en el Museo Blanes, la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, señaló “con la celebración de estos diez años, estamos celebrando también una firme decisión política de conservar nuestros espacios naturales y su biodiversidad; y demostrar que es posible hacerlo con quienes habitan, producen y trabajan en las áreas protegidas”. Destacó esta particularidad en las áreas de Uruguay, cuyo modelo de gestión es “mirado con atención e interés por países de la región y el mundo”.
El ingreso de estos sitios al SNAP, y el proceso de trabajo a lo largo de estos años, significó una recuperación y revalorización de los principales valores que se quieren conservar y que previo a su ingreso al Sistema se percibían como severamente degradados. Hoy, según la misma percepción de los vecinos, autoridades y equipos locales, se detuvo el proceso de degradación.
Las herramientas de monitoreo también lo evidencian. Un ejemplo es el resultado del último relevamiento realizado en el Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos, que muestra que los indicadores medidos para el área se califican mayormente como buenos y muy buenos.
Estos esfuerzos redundan en el territorio donde por ejemplo, cada vez es más frecuente ver ejemplares de tamanduá en las serranías del este. El paisaje va dejando de lado esas grandes extensiones de pinos, recuperando así sus pastizales naturales de quebrada que hacen de este espacio un lugar único.
Estos cambios sólo son posibles gracias al compromiso de los actores locales y el trabajo articulado de las instituciones departamentales y nacionales, aspecto especialmente destacado por la ministra Eneida de León, en tanto “lugares de construcción colectiva, de encuentro interinstitucional y comunitario”.
Tras reconocer y felicitar el trabajo de todos y todas, concluyó “Uruguay tiene que tener un porcentaje más alto de áreas protegidas en su territorio. Todavía queda mucho por hacer… y este proceso está por encima de partidos y gobiernos”.
En su exposición, Alejandro Nario, director Nacional de Medio Ambiente, se refirió a la celebración de los 10 años de implementación del SNAP como “un buen momento para rendir cuentas”.
Hoy, la superficie terrestre bajo protección del SNAP, con 15 áreas ingresadas, es de 285.265 hectáreas (incluyendo la superficie terrestre y marina), alcanzando casi el 1% del territorio. A pesar de su baja extensión, el porcentaje de ecorregiones integradas es del 86% del total del país, el de unidades de paisaje supera el 90%, los ecosistemas amenazados integrados alcanzan el 44% y el porcentaje de especies prioritarias para la conservación representadas llega al 38% del total.
En la instancia en el Museo Blanes se entregó una publicación que da cuenta del estado actual del Sistema, del camino recorrido, y se presentan los resultados alcanzados en términos de impacto a nivel de la conservación y el bienestar humano.
Nario resaltó las “experiencias exitosas en producción sostenible, turismo de naturaleza, educación y recreación, en estos diez años”; en particular “el valor social y cultural que se suma a los beneficios ecosistémicos”. Señaló como uno de los aspectos clave en la gestión de las áreas protegidas la “coordinación con todos los actores en territorio” y el apoyo de la cooperación internacional.
Al evento de celebración asistieron más de un centenar de personas, vinculadas de una manera u otra a las áreas protegidas y su gestión: productores locales, organizaciones de la sociedad civil, representantes de emprendimientos locales, técnicos de las áreas, guardaparques y autoridades de diferentes instituciones, entre quienes se encontraban: el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, de Álvaro García; la ministra de Turismo Liliam Kechichián; y el rector de la Universidad de la República, Roberto Markarián.
Ramón Méndez, Director de Planificación de la Intendencia de Montevideo, institución departamental co-administradora del área protegida Humedales del Santa Lucía, destacó a las áreas protegidas como una “oportunidad de desarrollo social y económico (…) y una oportunidad para el país de aprender y explorar en líneas de trabajo desconocidas, por ejemplo todo lo que tiene que ver con el rol de guardaparques”.
Silvia Feyosa, es productora de miel en el área protegida de Farrapos e Islas del Río Uruguay (Nuevo Berlín). Entre los principales beneficios que identifican está “el sentirnos amparados por ese paraguas que es el SNAP”. Habla de su trabajo y de las áreas protegidas con orgullo, “producir allí, en el marco de un entorno natural protegido, para nosotros no tiene precio, tenés la seguridad que estás ofreciendo un producto de alta calidad”, señaló.

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