Ariel Pereira: “Los Partidos deben tener la grandeza de dejar en libertad de acción en temas de conciencia”
La polémica desatada en los últimos días, como consecuencia del tratamiento de la ley interpretativa, respecto a la llamada “Ley de Caducidad”, ha tenido varias aristas, un de ellas tiene que ver precisamente con el deber o no de respetar la llamada “disciplina partidaria”, en este caso relacionado con el anuncio de algunos legisladores del oficialismo que han manifestado que no votaran dicha ley, como manera de respetar lo laudado por el soberano en dos oportunidades, en ejercicio de actos de democracia directa y otros que si bien coinciden con sus pares en cuanto a discrepar con la iniciativa, se pliegan a la decisión partidaria y en consecuencia votarán afirmativamente a pesar de no estar de acuerdo.
Acudimos a la experiencia del dirigente nacionalista Ariel Pereira, actual integrante de la Comisión de Ética del Directorio de su partido, para dialogar sobre este tema, que queda claro no es de fácil dilucidación.
Al respecto comenzó expresando que “el tema de la disciplina partidaria se plantea en varios campos, pero me referiré a dos especialmente. En primer lugar aquel que tiene que ver con el aspecto económico.
Ello ocurre cuando una persona es designada para ocupar un cargo de confianza en el gobierno, en representación de un Partido Político, que lo hace a través de los organismos rectores de ese partido, en el caso del Partido Nacional, el Directorio; siendo similares las situaciones en los demás partidos.
Lo que ocurre, de manera periódica es que las personas electas o designadas por el partido para ocupar cargos, tienen la obligación de contribuir al tesoro partidario, lo que determinan las cartas orgánicas de cada una de las colectividades, lo que en el caso del Partido Nacional es muy claro.
Ocurre que muchas veces luego de designado el dirigente, en caso de ocupar cargo en el Banco Central, República u otro organismo, sostiene muchas veces que fue designado como técnico, no como político, de donde extrae que no le comprende la contribución al tesoro del partido.
Se trata de un tema ético desde el momento que el ciudadano acepta que las autoridades de su partido lo designen para la función, significa que está de acuerdo con la carta orgánica de ese partido y por supuesto lo que ella expresa.
En el caso de la Comisión de ética del Partido Nacional hemos tenido casos de ese tipo en donde se debe decidir si corresponde o no una sanción.
En general los partidos son bastante blandos en el tratamiento de esas situaciones, especialmente por que les interesa más mantener la adhesión del dirigente que en definitiva se declara en rebeldía.
En este sentido creo que existe una obligación con el Partido Político o con el lema cuando es electo. Hay una obligación moral y ética”.
DISCIPLINA PARTIDARIA
Respecto a la disciplina partidaria Ariel Pereira expresó que “Se trata de una situación parecida a la anterior, Se trata de un tema que generalmente no la deciden órganos como la Comisión de Ética del Partido Nacional o la de disciplina de otros partidos.
Generalmente se trata de un tema que lo maneja la llamada ‘Agrupación Parlamentaria’, ámbito generado por los propios legisladores, que comúnmente no tiene un marco en los reglamentos internos de cada partido, es más bien una especie de acuerdo que se da entre los legisladores.
Entiendo que el legislador recibe dos mandatos. Un mandato del soberano, el pueblo decide que ocupe determinada función. Desde mi punto de vista ese mandato es el más importante, es el que debe ser tenido en cuenta al momento de tomar las decisiones.
Luego viene el mandato partidario, de ahí que se le llame “disciplina partidaria”, que se trata de un arma que personalmente no me gusta pero que se aplica.
No me gusta por que se da la situación en la medida en que a pesar de una posición, la mayoría puede llegar a determinar otra, bajo amenaza de medidas disciplinarias.
Si bien creo que para la democracia uruguaya es muy importante tener partidos fuertes, organizados, es una virtud del país. Esta situación determina que se maneje el concepto de disciplina partidaria, se hace necesario muchas veces.
Pero creo también que los partidos deben tener la grandeza dejar en libertad de acción a sus legisladores en aquellos temas que son de conciencia.
Se acota su libertad al imponerle un tema que no es acorde con sus conceptos éticos, morales, de principios o sencillamente con el pensamiento libre que cada uno debe tener para ejercer la acción para la que ha sido electo”, finalizó.