Un gol y nada más en el neo-clásico, con un importante triunfo de Oriental
Se llevaban jugados apenas tres minutos de partido y la pelota que llega a la última zona defensiva del verdiblanco. Una duda en la defensa, el golero que no sale a tiempo y Víctor Núñez que aprovecha la indecisión para anotar el tempranero gol.
En muchas oportunidades hemos escuchado decir que un gol a esa altura del partido puede ser perjudicial porque provoca al rival que generalmente puede dar vuelta el resultado porque, en realidad, faltaban 87 minutos y algunos más para el término del partido.
A partir de ese momento el partido fue aburrido, lento, anunciado y con muchísimas faltas. Basta con señalar que hubo doce tarjetas amarillas y tres rojas en el partido.
Oriental vio nueve tarjetas claras lo que demuestra que hubo que recurrir a la sucesión de faltas para cortar en el mediocampo y evitar que se llegara a su zona defensiva.
Dos tarjetas rojas en Sarandí lo que nos muestra que hubo impotencia en el final del partido porque los minutos fueron pasando y las soluciones no llegaban.
El verdiblanco lo buscó por todos lados y hasta con los cambios intentó ser más ofensivo pero desordenado y muy bien neutralizado por el mediocampo azul que hizo que la gestión de su defensa estuviera bastante facilitada.
Es que, en realidad, no hubo muchas jugadas de riesgo para el guardameta de Oriental.
Las expulsiones en el verdiblanco llegaron en los minutos finales del partido y fueron producto de la desesperación porque Facundo Sian atropelló al golero azul y, según el árbitro lo golpeó en la cabeza y fue el primer expulsado.
Luego un intercambio de golpes entre Jefferson Farías y Kelby Pereira que reaccionó y los dos afuera, un final que favoreció al azul porque prácticamente no se jugó.
Tres puntos de suma importancia y ante un rival directo del que se despega con relativa tranquilidad.
CUÑAPIRÚ AÚN SUEÑA CON QUEDARSE EN PRIMERA:
DERROTÓ A HURACÁN UNO A CERO
Un resultado que, sin duda alguna tiene muchísima importancia, primero porque posibilita que Cuñapirú siga con su sueño de permanecer en Primera División y dependiendo de si mismo, lo que es muy importante.
Además porque bajó a Huracán y lo sacó de la primera posición del Clausura.
Por si fuera poco con otras dos consecuencias indirectas, por un lado favoreció a Peñarol que lo deja sólo al frente de las tablas y segundo porque perjudica notoriamente a Sarandí Universitario y en parte a Deportivo Colina que no ganó este fin de semana.
Se vienen cruces excepcionales en las dos últimas fechas de la segunda rueda.
Ayer Huracán fue un poco más en el primer tiempo pero no logró el ansiado gol.
La primera parte terminó empatada sin goles y ambos necesitaban imperiosamente la victoria, ni siquiera el empate favorecía ni a uno ni al otro.
Pero a los dos minutos del complemento llego la emoción y fue para los tricolores militares que marcaron por intermedio de su goleador Jonathan Díaz.
A partir de ese momento Huracán realizó cambios ofensivos que no arrojaron el resultado esperado por el cuerpo técnico pero además a medida que pasaban los minutos comenzaban a desesperarse porque el empate no llegaba.
Huracán dependió pura y exclusivamente de alguna posibilidad de tiro libre para lo cual tiene a Mauro Fernando Britos y Rodrigo Sena, pero sus intentos terminaron en las seguras manos del “Perico” que cerró el arco con la efectiva colaboración de una férrea defensa que tuvo en Maiko Britos un punto alto y que sufrió la pérdida de Fernando Barboza en el promedio del primer tiempo pero que lo suplió muy bien Carlos Lemos jugando fuera de posición pero en forma excelente.
Trascendente victoria del tricolor militar que lo deja en carrera y a la espera de lo que será el próximo fin de semana el partido más importante cuando enfrente a Sarandí Universitario.