Surgimiento del fútbol infantil organizado nació en nuestra casa
(Por Freddy Silva) La cada vez más frágil memoria nos lleva a comienzos de la década del sesenta, cuando el fútbol infantil se jugaba en la cancha de la Plaza de Deportes. Allí surgieron grandes jugadores; allí trabajaba el “Pepe” Italiano y no debe haber jugador de la época que no hubiera jugado algún picado, o los campeonatos que se organizaban con la atenta mirada y control del Prof. Abel Pereira siguiendo la obra que había iniciado el Prof. Estavillo.
Después el fútbol infantil y juvenil se instaló en la zona este de la ciudad, la aparición del Padre Pebaqué y la Obra Salesiana. Los clubes se afiliaban a la Liga y se jugaban campeonatos todo el año, por categorías, por divisionales, había decenas de equipos que se equipaban bajo los gruesos álamos y eucaliptos que daban a calle Lavalleja.
Iban tantos aficionados al fútbol del Salesiano como a los partidos de Primera. Luego surgió la vieja y querida cancha de arena, “la de arriba” en Sarandí Universitario, con la égida del querido peluquero Rebollo.
Por allí también pasaron grandes de nuestro fútbol y la actividad comenzaba el sábado de tarde y el domingo había que levantarse muy temprano porque los partidos del campeonato comenzaban a las 9:00 de la mañana.
Y todo sin olvidarnos de las viejas canchas tradicionales de los barrios, “lo de Paiva”, “la Vieja Toca”, la cancha del Aserradero, “la Bombonera”, la cancha de Santa Isabel, “la Laguna” en las cercanías de Cuñapirú, la Plaza Flores, “el Arenal” de Frontera frente a Niccolini, “Sobradinho”, en fin, por todos lados estaban los clásicos, queridos y bien recordados potreros.
Pero había necesidad de una oficialización de toda esta actividad y, como no podía ser de otra manera, se comenzó a hablar en NORTE, que era como la sucursal de Los Barrilitos; lo que se hablaba allí, se transformaba en realidad aquí.
Desde NORTE, Rik Araújo impulsó la creación del Baby, como lo había hecho con otras actividades, como la Vuelta del Norte en ciclismo, como el torneo Confraternidad Deportiva, como algunas actividades en el automovilismo.
Los interesados estaban allí, los clubes estaban formados, los había hasta con Comisiones Directivas integradas y golpearon la puerta de la vieja redacción de NORTE para que se continuara con la idea y que fuera, precisamente Rik, el primer Presidente de la Liga.
NORTE tenía, en ese entonces, sus oficinas centrales en la vieja Galería Chaparro, de Avda. Sarandí 321, en el mismo lugar que Rik escribía sus crónicas como Corresponsal de Diario El Día, y luego de algunas reuniones preliminares que citaba Selby Barboza desde estas mismas páginas, un 8 de agosto de 1969, con todo el entusiasmo del primer año de la consagración celeste como campeón del Interior, se conformó la primera reunión y allí asumieron los primeros neutrales de la Liga.
Lamentablemente la vida se ha llevado a gran parte de los que allí estuvimos, en esa primera reunión; algunos cumplieron su ciclo, otros se fueron muy jóvenes y los pocos que quedamos hacemos muchos esfuerzos por mantener viva la presencia de todos.
Ya no están Octavio “Talico” Álvarez, De Paula, Baltasar Lalús, Dalidier Chiberriaga, Walfir Silva, “Calucho” Viera, Edilseo Vargas, Albino Rodríguez, Juan Pedro Irigoyen, en fin, faltan muchos de los que nos sentamos alrededor de la vidriera.
Sigue trabajando Walter Rodríguez, que en ese momento era delegado y técnico de Frontera, Carlos Wallace, primer director técnico de El Límite, el equipo del querido Adán Seleguín, en fin, somos pocos los que contamos la historia.
Sarandí tenía tantos gurises que hubo la necesidad de conformar dos equipos, que hasta llegaron a ser durísimos rivales entre sí, con delegados diferentes, con técnicos diferentes y con horarios de práctica que no podían coincidir para la desaprobación total de Casimiro Trinidad, que tenía que atender los equipos de los dos.
Fue así que nacieron Sarandí Universitario y Universitario Shell, con camisetas confeccionadas por Marina Vargas, una vieja costurera de la zona de Dr. Anollés y Carlos Reyles. Eran camisetas amarillas con el escudo de la Shell en el corazón.
Pero estaban El Límite, donde además de los Seleguín jugaron, entre otros, el “Canario” Lara y el “Boca” Rodríguez, Manchester de “Calucho” Viera, Apolo XI donde surgieron el “Curruco” y el “Cañoto”, Campeones del Interior donde jugaron los mellizos Guadalupe, Hugo de León y Jesús “Pajarito” Vargas, Lavalleja de Walquir Silva, Oriental de Juan Pedro Mallo, Miguel Rosigfredo Caillava, Sarandí Universitario de Ricardo Olivera, Santa Isabel de Walter Delco Suárez, Radio Rivera donde jugaron, entre otros Valdir Márquez, Víctor Raúl Silveira, Juan Pedro Ayestarán, Hugo Coelho, Alfredo Guasque y otros.
Después de ese empuje inicial la Liga transcurrió por caminos repletos de pequeños y grandes triunfos. Hasta llegamos a un título de campeones nacionales con la conducción técnica de Juan Antonio “Cacho” González logrado en Bella Unión.
Hoy los clubes y neutrales continúan caminando, quieren una cancha propia y siguen soñando en brindarle lo mejor a nuestros chicos riverenses. Coincidentemente, el mismo objetivo de aquellos dirigentes que dieron el puntapié inicial para que se lograra todo lo que hoy disfrutan nuestros gurises en las canchas.