Rivera, lunes 11 de noviembre de 2024

Superó varias crisis y va por otra, pero esta es muy difícil para Sarandí Universitario

Con sedes de clubes cerradas y la inactividad total en las canchas, los clubes riverenses pasan por momentos complicados y difíciles.
Nadie puede dudar la importancia que tiene el Deportivo Social Sarandí Universitario para la vida del deporte local.
Una institución con las puertas abiertas a todas las disciplinas, que ha sabido de representaciones departamentales a todo nivel y en su “casa” hay espacio para todas las edades.
Los chiquitos que aparecen con sus camisetas en los Juegos Verdiblancos hasta los veteranos que son el soporte de la institución y no solo en el deporte activo sino en la conducción de una de las grandes instituciones del interior del país.
Envidiado sanamente por muchos, imitado por otros, pero difícilmente igualado por su historia de casi 73 años de vida deportiva.
Decenas y hasta centenas de forjadores del club, de personalidades que han llevado a superar varias crisis a lo largo de la historia.
Un club que ha tenido a “enormes” personalidades como el Cnel. José Agustín Moratorio, como Bernardino Freitas y como el “Ronco” Juan Viera, por nombrar a los primeros tres que se vienen a la memoria cuando se habla del club de la calle Dr. Anollés 533.
Un club que tiene una riquísima historia de Juegos Verdiblancos desde que un día Cañonero, José Federico Díaz y Zafiro Antúnez mantuvieron una reunión dentro de un “fusca” verde.
En estos días debería estar finalizando una nueva edición de los Juegos Verdiblancos que este año homenajeaban a José Carlos “Lito” Arias.
Una rica costumbre de homenajear y agradecer a deportistas que han dejado gran parte de su vida al club de sus amores pero que se realiza con la presencia de quien recibe el justo homenaje.
Sin embargo, la sede verdiblanca cerró sus puertas hace algo más un mes y todas sus actividades se paralizaron.
Un hecho que si en alguna oportunidad anterior se había verificado fue para tomar impulso y salir adelante, como cuando se construía el gimnasio, aunque en ese caso no todas las actividades se paralizaron y la vida institucional salía adelante.
Como la mayoría de los clubes del medio, del interior y de todo el país, había comenzado el año con las mejores perspectivas, con los chicos llenando de vida y color cada uno de los rincones del club, tanto en la sede como en el Complejo.
Su presidente nos contó que estaban trabajando desde mediados de febrero en todas las categorías a excepción de primera división.
Los técnicos: Agustín Toyas, Edson Ricardo Cado Flores, Richard Márquez, Kelbis Pereira, Maicol Olivera y Petter Rocha.
En la parte física y en categorías de 14 años en delante al Prof. Alberto Freitas (hijo de Bernardino Freitas “Cañonero”). Y como encargada de todos los equipos, la incansable Nadia González.
Hoy el Club está cerrado y sin actividades, al igual que la Sede Campestre, y únicamente está funcionando Secretaría, en medio horario.
La mayoría de los funcionarios están en el seguro de paro. El cobrador ha salido a la calle y la gente, a pesar de todo, está pagando la mensualidad.
“Esto permitirá ir cubriendo con mucha dificultad sueldos y gastos fijos, luz, agua, BPS, etcétera”, dijo Enrique Díaz, presidente del club.
Agregó: “Los padres de los chicos de las categorías del baby fútbol, al igual que los dirigentes, están muy nerviosos y preocupados, pero todos entienden de la gran responsabilidad ante este flagelo”.
“Económicamente la vamos peleando. Estamos trabajando en tema documentación de jugadores con el apoyo incondicional de Kelbis Pereira (padre), su esposa Lilian Canto y el imprescindible Julio ‘Lito’ Sciedleki”.
Cuando pasamos frente a la sede nos parece mentira ver sus puertas cerradas, no cruzarnos con los actores principales de sus instalaciones, con los chicos que van de la mano de sus padres, de los jóvenes que se pasean por todas las disciplinas deportivas, del aporte de las mujeres, y no solo en la parte deportiva, sino en la organizativa de las tareas que allí se realizan y hasta del cuidado de los más chicos que se quedan allí, de los jugadores de los deportes que han llevado al club a ser uno de los grandes del interior y no solo por sus victorias sino por sus aportes como personas, como futuros dirigentes o como líderes de los Juegos Verdiblancos.
La ausencia del sonido del picar de la pelota, del silbato del Profe, de los gritos de los más chicos, la carrera de los jóvenes o las reuniones de los veteranos, duele a todos.
En el final, el presidente del club, Enrique Díaz, deja un mensaje: “A todos los funcionarios que están hoy en seguro de paro, le manifestamos el compromiso de volver muy pronto a estar todos juntos, y a los deportistas verdiblancos el deseo de volver a verlos en casa”.

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