Quienes debían estar, no estaban, pero valió la pena haber asistido
Se realizó la clínica sobre “Violencia basada en género y generaciones” organizada por la Liga Riverense de Fútbol Infantil. Estaban presentes algunos orientadores técnicos del baby fútbol, pocos dirigentes, algunos padres y muchos árbitros. Obviamente deberían estar representados todos los equipos del fútbol infantil local y no estaban allí.
Pero valió la pena porque, con la conducción del Presidente de la Liga, Dr. Pablo Saravia, el Presidente del Colegio de Árbitros, Luis Eduardo Osorio, de Oscar Daniel Borba y del equipo multidisciplinario de CASMER, integrado por Aline Viera, Williams Martínez y Carolina Fontoura, se analizaron muchos temas referidos al fútbol de los más chicos que termina siendo de los más grandes.
La competitividad, el carácter lúdico del baby, los resultados, la intromisión de los padres, el deseo de ver a su hijo con una camiseta de un equipo europeo y especialmente la presencia de seudo-contratistas entusiasmando a chicos y grandes, no escaparon a su tratamiento con intervención de casi todos los que estuvieron presentes.
El tiempo pasó rápidamente y se terminó esta primera parte de un largo proceso que debería llevar a concientizar a decenas, centenas de padres que vemos semanalmente en nuestras canchas y que, en realidad, no saben el mal que le están causando a sus propios hijos.
A la hora de repasar casos y antecedentes se torna inexplicable la tendencia creciente de episodios de violencia verbal (y, en muchas oportunidades, físicas) en partidos del fútbol infantil a lo largo y ancho del país, donde los padres de los niños son actores fundamentales y protagonistas absolutos de estos sucesos.
Cuesta imaginar a un padre enardecido desde el alambrado insultando al árbitro, pidiendo más “actitud” a sus hijos, provocando a rivales y hasta amenazando al propio director técnico del equipo, simplemente porque no considera a su niño como debiera.
El objetivo es frenar la agresión constante y el clima de intolerancia. Y así lo comprendieron las partes involucradas: dirigentes, autoridades de la Liga, árbitros… pero eran muy pocos en relación a todos quienes debían asistir. El padre en muchas oportunidades, ni siquiera sabe si su hijo va a querer jugar, entonces busca inducirlo para que se incline a su pasión.
Lo bueno sería que este tipo de charlas se realizaran en cada uno de los clubes, con obligación de participación de orientadores técnicos y la mayor cantidad de padres posibles, porque se está hablando del futuro de nuestros propios hijos, pero no del futuro como jugador de fútbol sino del futuro como persona, siendo el fútbol un pilar fundamental para la enseñanza de valores desde la más tierna infancia.
La trascendente reunión finalizó con el agradecimiento a los profesionales que nos abren la mente a situaciones que vemos, pero que generalmente miramos al costado.