Rivera, lunes 25 de noviembre de 2024

No permitamos que la violencia se instale en el fútbol riverense

En las últimas semanas se han registrado algunos hechos que no han tenido difusión pero que han sacudido a la actividad futbolística del medio.
Por un lado una brutal agresión a un árbitro en un partido de veteranos.
Fue en la Liga de la Amistad Senior Osvaldo “Gotita” Cross y “Bocha” dos Santos y al agredido sufrió una lesión que le privó la visión por algunas horas.
Obviamente se realizó la denuncia policial y penal contra el agresor en el entendido que debe quedar como un antecedente válido con la finalidad de evitar la presencia de agresores en una cancha.
La realidad nos lleva a pensar que no se entiende como personas que ya han pasado su vida activa deportiva pero que siguen practicándolo por mera diversión, esparcimiento y catarsis luego de una semana de trabajo, vaya a una cancha a agredir a alguien, que como ellos, aprovechan el fin de semana para trabajar en una tarea que nunca es reconocida.
Uno supone que quienes participan en la actividad del fútbol Senior tienen otros objetivos que no es el meramente competitivo.
Es cierto que quien entra a una cancha quiere ganar y que es muy lindo, al final de la temporada, levantar la Copa de campeón, pero, por lo menos nosotros consideramos que el verdadero objetivo es otro, el de la diversión, el de la reunión con amigos que tienen una actividad común, el fútbol y el de distracción durante un par de horas que se dedican, entre otras cosas, a la salud física.
Desde el punto de vista deportivo ya se adoptaron las medidas aunque consideramos de escasa entidad porque si alguien llega al extremo de agredir a una persona, debería ser eliminado de toda posibilidad de participación posterior.
El otro hecho sucedió en el fútbol infantil donde la presencia de los adictos a los clubes también exageran su condición de fanático por la institución y por la actividad de sus propios hijos.
También el fútbol infantil tiene otro objetivo y es el de la formación de la personalidad de los “jugadores”.
Escaso aporte le hacemos a la formación de la personalidad de un niño si los adultos que concurren a una cancha brindan lamentables y tristes espectáculos que no son aprobados ni por los propios chicos que seguramente miran atónitos desde la cancha, lo que hacen sus propios padres afuera.
Ha existido invasión de cancha, insultos agraviantes, gestos y palabras obscenas y hasta vehículos de árbitros que han sufrido el salvajismo de quienes se creen con el derecho de hacer justicia con sus propias manos y todo delante de los propios chicos (?).
También desde el punto de vista deportiva se adoptaron las decisiones que corresponden y pocos saben que el Código de Penas del Fútbol Infantil es mucho más severo que el de mayores y se establece no sólo la pérdida de puntos sin hasta la desafiliación de quienes incurren en esta clase de hechos.
Pero lejos de pensar en las sanciones, lo que importa e interesa es el objetivo del fútbol infantil, el de formar a los futuros ciudadanos del país.
Y ahora se denuncia que en el fútbol juvenil, en este mismo campeonato sub 15 que se está disputando, también ya se han generado hechos contra jugadores pero no en la cancha, pero en los centros estudiantiles donde concurren los jugadores de los distintos equipos.
¡Atención! No permitamos que la violencia se instale por estos lados y esa es tarea de todos.

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