Los aficionados riverenses se hicieron sentir en el Estadio “Eduardo Martínez Monegal”
Muy pocas veces hemos estado en el Estadio Municipal de la ciudad de Canelones. La última fue acompañando a Frontera Rivera, allá por el año 1998, cuando se le ganó a Juventud de Las Piedras con gol de Carlos Walter Silva.
Es un estadio coqueto, atractivo, funcional, pero con escasa capacidad. Allí nos informaron que la capacidad máxima es de cinco mil personas, aunque a simple vista nos parece que es imposible que puedan albergar tanta cantidad de aficionados.
Y lo que llamó poderosamente la atención fue que el sábado, jugándose una fecha de cuartos de final de la Copa Nacional de Selecciones, no había mil personas de ninguna manera.
Es más, en la tribuna principal, dividida en dos con un amplio patio en medio donde no puede permanecer nadie más que personas autorizadas, no habían más de 400 personas.
Del lado derecho a la entrada los locales, y a la izquierda fueron colocados los riverenses que viajaron desde aquí y los que fueron desde Montevideo.
Pues bien, si comparamos, había -por lo menos- la misma cantidad de aficionados de un lado y del otro, siendo que los nuestros se hacían oír mucho más que los del otro lado.
La diferencia a favor de los canarios estaba del otro lado, frete a la tribuna principal, donde habían alrededor de unas 300 personas.
La cancha en perfecto estado, bien cuidado y perfectamente marcado. Cuenta con un amplio local detrás, de cara al arco, para entrenamientos previos alejados de todo contacto con los aficionados.
Además, tiene amplias y cómodas cabinas para los medios de comunicación. Son cinco en total arriba y dos más abajo, aunque vimos a una radio de la ciudad de San Ramón, transmitiendo a nivel del campo de juego.
El palco cuenta con buena capacidad locativa, con una parte techada y otra no. Y en lo relacionado con la participación del equipo canario en la Copa Nacional, se nos informó que la selección entrena allí, pero hay que destacar que no lo hace todos los días.
El propio director técnico, Ramón Doglio, nos señaló que hay inconvenientes al respecto porque los jugadores del plantel no son todos de la capital del departamento, sino que llegan desde otros puntos, como San Jacinto, Santa Lucía, en fin, de ciudades cercanas, y ello demanda un gasto extra para la Liga, que debe pagar los traslados.
Ello determina que no se pueda entrenar todos los días porque el tesorero de la Liga debe abonar casi siete mil pesos por concepto de traslados de jugadores a cada una de las prácticas.
Hay que destacar la perfecta organización y correctísima atención de la dirigencia canaria, encabezada por Eduardo Mosegui, que es el actual presidente, y de Ignacio Márquez, el vicepresidente.