Lección de amistad y solidaridad fuera de la contienda deportiva
El fútbol, como todo deporte, debería ser entendido como un instrumento de amistad entre quienes lo practican y nunca como objeto de animosidad contra el adversario.
El pasado sábado la dirigencia riverense dio claras muestras que la solidaridad con el adversario es posible.
La delegación de Bella Unión había salido de su ciudad a las nueve de la mañana y luego de cinco detenciones motivadas por pinchaduras y desperfectos mecánicos, arribaron alrededor de las 17:30.
El nerviosismo ya se había instalado dentro del ómnibus, ante la posibilidad que no arribaran en tiempo y forma.
Una vez en nuestro medio, inmediatamente se pusieron a trabajar buscando solucionar los inconvenientes mecánicos, pensando en el regreso a Bella Unión.
Es en ese momento apareció el presidente de la Liga Departamental de Fútbol, quien -a través de su vinculación con la empresa Turil- logró la presencia de los mecánicos de la empresa riverense, los que solucionaron el problema luego de la compra de algunos repuestos.
Pero el gesto de solidaridad no finalizó allí sino que además se le cedió en calidad de préstamo dos neumáticos auxiliares para evitar cualquier tipo de problemas en el viaje de retorno.
Ayer nos pusimos en contacto con jugadores de la selección mayor de Bella Unión, quienes nos confirmaron que el viaje de vuelta se realizó sin ningún tipo de inconvenientes.
Un hecho digno de destacar, cuando en otras oportunidades habíamos generado tantos problemas que motivaron que cuando jugamos la revancha en Bella Unión hubo que solicitar una guardia especial policial que acompañó a la delegación riverense desde su ingreso a territorio nacional en el puesto de frontera ubicado en Barra do Quaraí.