La lluvia, el espectáculo, la concurrencia, y todo por encima del fútbol, con resultado previsible
La lluvia fue la primera gran protagonista del espectáculo. Los más de 120 milímetros de agua caída sobre nuestra ciudad en poco más de 48 horas hizo peligrar la realización del partido, que no tenía otra alternativa que jugarlo.
No había posibilidad siquiera de marcar la cancha porque se necesitan, al menos, dos horas sin lluvia, para hacerlo y no hubo nuca ese período. Trabajadores municipales se pusieron la camiseta, las botas, y a trabajar.
Centenas y centenas de litros de agua fuero aspirados por dos potentes barométricas y después toda la labor de cuatro, cinco, y hasta seis hombres, que sacaban lo que había quedado de agua encima del campo de juego con lampazos de madera de más de un metro de ancho.
El árbitro entró a la cancha una hora y media antes del comienzo del partido y dejó entrever su presunción de que no se iba a llegar a tiempo, pero que retornaría una media hora antes del inicio para tomar una decisión.
Se redoblaron esfuerzos y, si bien es cierto había mucha agua en el comienzo del partido, no menos cierto es que había miles y miles de litros menos de agua que una hora atrás y justamente en ese momento no llovía.
El partido comenzó luego de un gran show preparado por la Intendencia y Frontera Renegades. Pirotecnia, bengalas, humo y destellos de luces para recibir a los jugadores tricolores y rojos, y cientos de chicos ataviados de uno y otro color.
El partido se inició bajo los mejores auspicios porque, si bien es cierto Nacional tenía la pelota, no ofendía en la medida que se esperaba y hubo respuesta del Frontera Renegades, que se animó a llegar al área contraria en varias oportunidades.
El gol de Álvaro Fernández a los 21 minutos para la apertura del marcador desató el delirio de los parciales del rojo. Un golazo, sin duda alguna el mejor de la noche, a pesar que Nacional hizo alguno otro también espectacular.
Pero el tiro libre de Fernández tuvo el atractivo especial de que la pelota pegó en el travesaño y ello aporta en el sentido de la belleza en la ejecución.
Lo cierto fue que, con ese tanto, la lluvia, que volvía, traía además un rumor a lo que pasaba dentro de la cancha. Nacional, con un equipo muy alternativo, iba abajo en el tanteador.
La crónica del juego debe decir que el arquero de Frontera Renegades, David Freitas, jugó muy bien. Por él y sus atajadas su equipo casi se fue ganando al descanso, sobre todo porque le atajó un cabezazo al argentino Castro que parecía el empate.
También es justo decir que, después de esa intervención del guardameta rojo, Nacional encontró el 1-1 con otro golpe de cabeza, esta vez del otro argentino, González, que volvió a tener una excepcional atajada de Freitas, pero en el rebote nadie lo cubrió y la pelota terminó en el fondo de la red. Así se fueron los primeros 45 minutos.
El segundo tiempo fue netamente tricolor. Nacional se sacó esa especie de peso que significa pararse ante un rival de varias categorías abajo y tener que ganarle con el nombre o la camiseta.
Los de Martín Lasarte se dieron cuenta de que a eso había que dejarlo de lado y que, para ganar, tenían que ganar por lo que hicieran en el césped o, en este caso, sobre el agua.
Castro tuvo su revancha poco antes del cuarto de hora inicial de la segunda parte y ese gol fue el aluvión: diez minutos después Nacional pasó del 2-1 al 4-1. Tanto Petit como Mereles gritaron sus goles con ganas, sintiendo el torneo, pero sobre todo la camiseta y las ganas de vestirla.
La distancia ya no fue partido, y en el final el colombiano Diego Erazo, una de las altas de los tricolores para esta parte final de la temporada, también pudo convertir y festejar, no solo con grito, sino que agregándole unos pasitos caribeños a todo sabor.
Epílogo de desazón y satisfacción. Desazón por la ilusión que se había generado, casi sin tener en cuenta que un equipo es altamente profesional y que el otro es amateur y del interior del país, por más que tenga a Juan Ramón Carrasco al borde de la cancha.
Satisfacción por el deber cumplido. Frontera Renegades cae de pie ante uno de los grandes del fútbol uruguayo, pero brindó una fiesta multicolor afuera de la cancha, con gente, con alegría y pocos advirtieron lo mojados que llegaron a casa.
LOS DETALLES
FRONTERA RENEGADES 1 NACIONAL 5
Cancha: Estadio Municipal “Atilio Paiva Olivera”. Hora de comienzo: 20:00. Árbitros: Santiago Motta, Sebastián Silveira y Nicolás Piaggio (AUF). Cuarto árbitro: Jonathan Fuentes. Veedor: Walter Rial.
FRONTERA RENEGADES: David Freitas, Nahuel Segovia, Martín González, Cristian Meneses, Germán Gutiérrez, Ezequiel Cortés, Brian Smith, Marcos Heredia, Álvaro Fernández, Wilson Gómez y Luis Caicedo. DT: Juan R. Carrasco.
Cambios: Ezequiel Umpiérrez por Álvaro Fernández; Bruno Sandín por Luis Caicedo; Fernando Lima por Brian Smith; Carlos L. Castillo por Wilson Gómez; Facundo Santellán por Cristian A. Meneses.
Gol: Álvaro Fernández a los 21’ del primer tiempo.
NACIONAL: Ignacio Suárez, Nicolás Rodríguez, Emiliano Velázquez, Mateo Antoni, Gabriel Báez, Rodrigo Chagas, Lucas Sanabria, Alexis Castro, Guillermo López, Federico Santander y Gastón González. DT: Martín Lasarte.
Cambios: Exequiel Mereles por Guillermo López; Jeremía Recoba por Gastón González; Gonzalo Petit por Rodrigo Chagas; Diego Herazo por Federico Santander; Kairo Amaro por Lucas Sanabria.
Goles: Gastón González a los 42’ del primer tiempo, Alexis Castro a los 13’ del segundo tiempo, Gonzalo Petit a los 16’ del segundo tiempo, Exequiel Mereles a los 23’ del segundo tiempo y Diego Herazo a los 35’ del segundo tiempo.