Hubo emociones mil en el homenaje a los deportistas riverenses

Como es tradicional, todo comenzó muy temprano, en horas de la mañana en el Cementerio Central, donde, a pocos pasos de la entrada, está la placa que recuerda a todos los deportistas en general.
Allí se congregaron viejos deportistas que generalmente están y donde solamente advertimos la ausencia de uno que nuca falta.
Mario “Xixi” Basualdo no pudo estar, estaba internado con un quebranto de salud y fue una ausencia notoria que no se repetirá porque felizmente ya estuvimos con él, esta repuesto y esperando el próximo homenaje para poder concurrir.
Allí estaban los amigos de quienes nos dejaron este año.
El recuerdo a quienes ya no están físicamente junto a nosotros pero que, seguramente, al decir del Director de Deportes en la parte oratoria del acto, estarán jugando en la cancha de arriba y aguardando la presencia de cada uno de nosotros.
Un acto sencillo pero cargado de muchas emociones porque seguramente en la mente de cada uno de nosotros se cruzó la imagen de algunos de los fallecidos durante este año y seguramente todos pensamos en el Tito Caillava como símbolo de la juventud, del buen fútbol y de una muerte repentina, triste y perversa.
Pero también, de acuerdo a la vinculación, a cada uno de los otros que ya no están y en nuestro caso personal a un gran amigo, a un hermano como el “Basora”, hombre de NORTE, de amistades mil y de una actitud siempre simpática y amable para con todos.
Y tantos otros que ya no están y que hace pocos meses se nos han ido, como el “Carica”, el “Ica”, Tort. Romel, el “Cara de piedra”, el Dr. Yamandú, el “Tito” Riesgo, el Heber, el “Galleta”, el “Baiano”, Onofre, Ghesler y Leonardo.
Y tantos más que seguramente escapan a nuestro conteo y que son hoy anónimos del deporte local y que seguramente los echaremos de menos cuando preguntemos por ellos y sepamos que ya no están.
Luego toda la emoción se trasladó a la noche, al salón de actos de la Intendencia donde, como en todas las otras oportunidades anteriores, se llenó la casa para homenajear a seis deportivas.
Ninguno más importante que otro, ninguno menos trascendente que el otro y ni siquiera de aquellos otros tantos que en años anteriores pasaron por el mismo homenaje.
El Director de Deportes de la Intendencia, Prof. Horacio Hernández señaló, entre otros conceptos: “Esz la octava edición y tratamos de darle a cada uno de estos actos lo máximo de nosotros”.
El jerarca destacó además la importancia del acto matutino en el cementerio porque “creo que es una obligación de todo buen deportista, hay que recordar el pasado, aquellas épocas gloriosas, ejemplos de personas que pudieron haber sido los conductores de un equipo pero que también han sido el pilar de un hogar”.
El Prof. Horacio Hernández ejemplarizó el momento indicando haber mantenido una conversación con una persona que lo colocó en el justo lugar de la emoción, – me dijo, tengo que agradecerles infinitamente esto porque en realidad hay mucha gente que no nos conocen, muchos jóvenes que no tienen idea de la historia que hicimos, de los campeonatos que ganamos, ni siquiera nuestros propios hijos y nietos no saben quienes fuimos para el deporte local y al hacer este homenaje me lleno de orgullo pero ellos también lo sienten porque sienten el reconocimiento que se le hace por parte de toda la gente. De tanto que le he dedicado al deporte en muchas oportunidades se lo quité a mi familia y todo eso fue muy fuerte porque me di cuenta que es lo que nos pasa a todos en la vida, en muchas oportunidades no nos hacemos el tiempo suficiente para dedicarle a nuestra pareja o a nuestros hijos o nietos y cuando queremos hacerlo ya es muy tarde y ya no lo podemos disfrutar”.
Horacio Hernández indicó que es precisamente eso lo que se pretende transmitir en estos homenajes, no queremos que nos pase el tiempo sin reconocer a estas personas, “ a quienes le dieron sus mejores años al deporte local para hacerlo tan grande y así se construyen las sociedades porque no es solo el deporte sino que son valores que se van transmitiendo”.
Luego habló el Intendente Departamental. El Dr. Marne Osorio se mostró complacido por estar presente en una noche tan linda y emotiva. “La verdad es que se ha desnudado el corazón y lo que dijo el Director de Deportes es lo que sentimos todos los hijos de esta tierra, porque hoy nos toca jugar el papel de gobernante pero como gobernantes tenemos siempre muy claro y presente que tenemos que tener una fuerte identidad propia, de nuestro departamento y comunidad y una identidad se conforma de muchas cosas, pero fundamentalmente se construye con la gente, con gente que desde el deporte construyeron lindas historias de vida en un momento donde el deporte era más puro, no estaba mercantilizado, era un motivo de encuentro, de construcción de amistades fuertes, para toda la vida y esta generación es muestra viva de ello”.
El jerarca comunal agradeció a los compañeros de la Intendencia que hacen posible estos actos para tener siempre presentes esta obligación de transmitirle al pueblo riverense que hay hijos de esta tierra que son un orgullo y que están entre nosotros y que queremos que sean reconocidos y vistos por todos como lindos amigos y que les debemos una gratitud enorme por habernos traído alegrías.
“Un abrazo a cada uno de ustedes, un agradecimiento a cada uno de los que nos acompañan y a muchos que, por alguna razón aún no le hemos llegado, pero que son también muy merecedores del aprecio y reconocimiento del pueblo riverense”.
Luego fue la vez de los videos con pinceladas de la vida de cada uno de los homenajeados y el testimonio de familiares, compañeros y amigos de la vida de cada uno de ellos.
Bastaba mirarle la cara a cada uno de los homenajeados para darnos cuenta de la importancia que tenía para ellos este acto.
Bastaba analizar el rostro de cada uno de ellos para recordar, con su memoria, cada una de las anécdotas que se contaban y bastaba mirarles los ojos para ver asomando las lágrimas en el momento del recuerdo de un familiar.
Reconocimiento que bien merecido lo tienen estos seis como los 36 anteriores y como los que infinitamente tenemos que seguir homenajeando todos los años en una iniciativa que no debe desfallecer sin importar quien lo organice.