Rivera, domingo 1 de diciembre de 2024
Suplemento “El Deportivo”:

Honesto, sincero y muy calentón, el “Lito” recibió su justo homenaje

El club que ama con pasión le rindió un justo y merecido homenaje a uno de sus personajes típicos, que lo identifican con el verdiblanco.
Los 38º Juegos Verdiblancos del club Deportivo Social Sarandí Universitario llevaron el nombre de Julio “Lito” Siedlecky y fue un homenaje que se lo merecía por tantos y tantos años al lado de la institución.
Cuando habló (y sin derramar lágrimas pero haciendo un esfuerzo supremo), reconoció no ser originario del club. Llegó a la institución cuando ya era un joven inquieto y amante de la organización y administración, y cuando se quedó sin trabajo en el Armour.
Bernardino Freitas confió en él y le dio una oportunidad, la misma que aprovecha aún en nuestros días.
Se fue quedando, “aquerenciando” y ganándose un lugar por su simpatía, amabilidad y amor a la causa verdiblanca.
Hincha fanático, como pocos, salta para el cabezazo aunque está distante del arco rival, gana en el rebote del aro, aunque está sentado en la mesa, y “arrima” a las bochas como el mejor.
Jugó poco, casi nada, pero pocos, más que él, tiene tanto y tantos minutos de vestuario.
Dedicado a pleno a la institución y cumple todo tipo de funciones, desde Secretario administrativo deportivo hasta aguatero y camillero.
No puedo olvidar que una vez un jugar verdiblanco estaba lesionado en el campo de juego, era grande y pesado, y el “Lito” ingresó a la cancha con la camilla con la intención de retirarlo. Obviamente la camilla quedó al costado del jugador que siguió en el suelo.
En su afán de estar en todos lados, en una oportunidad, trasladándose de la cancha de Oriental a la sede, perdió toda la documentación del equipo mayor que jugaba en el estadio.
Por ser conocido y por ser una persona de bien, encontró a otra que le arrimó todos los documentos perdidos a tiempo para que pudieran jugar el partido.
Amigo como pocos, hincha como muchos, sabe ubicarse en su lugar de un trabajador del club al que, por encima de todas las cosas, ama.
Ante cada grito de gol de Sarandí Universitario rebrota una jovial vitalidad en ese corazón verdiblanco que seguramente sea el gran sostén de su vida. Más información en la edición impresa.

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