Fabio Balostro tendrá que cumplir un partido de sanción
Llamó poderosamente la atención la expulsión de Fabio Balostro, especialmente porque se dio en los instantes finales del partido y una jugada muy “boba” en el fútbol pero que muchos aficionados y hasta el propio director técnico de Artigas no lo entendía dejando de manifiesto un desconocimiento del reglamento que causa alarma en una persona que, se supone, debe enseñarle a los más jóvenes.
Pero lo que pocos sabían es que la jugada había sido programada, con lujo de detalles por el cuerpo técnico celeste.
Fabio Balostro ya tenía tres tarjetas amarillas y recordemos que, con cinco se debe cumplir un partido de sanción automática.
Se corría el riesgo de llegar a la segunda fase con alguna sanción inesperada y quizás dejar de contar con uno de los valores que ha tenido mayor regularidad en el equipo celeste.
Fue por ello que se planificó la suma de tarjetas para provocar la expulsión pero sin sanción más que la que determina el reglamento.
En un saque de meta el gol, Etchenique se la alcanza al lateral que ingresa al área y la toma con sus manos.
Inmediatamente muchos gritaron ¡penal!, lejos de ello, la pelota no está en juego.
Ni siquiera es pasible de una tarjeta amarilla.
La jugada se repite y Balostro vuelve a hacer lo mismo, el árbitro ordena nuevamente el saque de meta, pero en esta instancia le muestra la tarjeta amarilla en forma correcta.
Pocos minutos más tarde, nuevo saque de meta para la celeste y se repite la jugada, el árbitro le muestra la segunda tarjeta amarilla y la expulsión del campo de juego cuando restaban tres minutos para el final del partido.
En el formulario se establece que el jugador fue expulsado por acumulación de tarjetas amarillas en el partido por lo que la sanción es de un partido. No jugará ante Tranqueras y quedará perfectamente habilitado para el comienzo de la segunda fase y sin tarjetas amarillas.
Al término del encuentro el árbitro consultó acerca de la situación generada, se la explicamos y felicitó al cuerpo técnico de Rivera por hacer uso del reglamento para provocar esta situación que incluso determinó que la celeste no perdiera, siquiera, la posesión de la pelota y sin cometer falta alguna contra un rival.