El mejor partido de juveniles no se pudo jugar por ausencia de la policía
Los árbitros pasaron casi media hora en el campo de juego esperando que llegaran los efectivos policiales y terminaron por resolver que no se iba a jugar el partido.
Esta historia en realidad no comenzó ayer, hace ya muchas semanas que los partidos se vienen postergando en sus comienzos debido a la demora en llegar a los escenarios por parte de la policía.
Pero lo de ayer fue el colmo porque a las nueve y media en punto, horario fijado para el comienzo del partido, con los jugadores en la cancha, con los árbitros listos y ya habían cumplido con todos los trámites previos, el propio Presidente de la Liga llamó telefónicamente y se le informó que los efectivos ya iban camino al Parque “Pedro Maciel”.
Se lo comunicó a la terna arbitral que resolvieron esperar unos minutos más.
A las 9:45 quien realizó el mismo trámite fue uno de los integrantes del Colegio y recibió la misma respuesta.
A las diez menos cinco de la mañana ingresaron a la cancha dirigentes de uno y otro equipo, el Presidente de la Liga y el integrante del Colegio que luego de hablar con la terna resolvieron que el partido no se jugaba.
Allí se resolvió que el partido no se jugaba y por varias razones, pero la más importante tenia que ver con el comienzo de la actividad de la Divisional B que estaba previsto para las 11:30 y ya no había tiempo para entregar en tiempo y forma.
Los dirigentes de Peñarol y Huracán analizaron la posibilidad de jugar entre semana.
Hay interés en hacerlo pero todo dependerá de los problemas que tengan unos y otros y, en definitiva se debe resolver en horas de esta noche en la sesión del Consejo Juvenil.
Lo lamentable es que había una excelente presencia de aficionados en las tribunas de la cancha de Peñarol, sin duda alguna la más importante en lo que se lleva jugado por el torneo juvenil.
Un hecho que no podrá quedar en la simplicidad de una postergación y alguien tendrá que ofrecer alguna explicación siendo, sin duda alguna, el Comando de Jefatura de Policía que tiene los argumentos válidos desde el punto de vista del organigrama del Ministerio del Interior para buscar responsabilidades.
En esta oportunidad y pesar de la molestia de los aficionados, ni la dirigencia, ni los árbitros, ni los jugadores fueron los responsables del hecho.