Rivera, lunes 25 de noviembre de 2024
Rivera integró la serie junto con Nacional, Defensor y Durazno...

El Confraternidad Capital-Interior del 1977, un certamen inconcluso

Hoy, cuando se vuelve a hablar de la Copa Uruguay, que fue realidad el año pasado, viene el recuerdo de alguno de los intentos anteriores, como por ejemplo la Copa Confraternidad del año 1977. La selección celeste venía de ser campeón en el certamen del Noreste del ‘76.
Una selección que perdió solamente un partido, y fue ante Paso de los Toros en la última fecha, cuando todo ya estaba decidido y los celestes ya eran los campeones. De esta manera Rivera lograba su cuarto título consecutivo en la zona, con un grupo que lideraba Albert Etchechury.
La novedad en el plantel celeste fue la presencia del tacuaremboense Oscar Julián Mendaro, que ya había sido campeón del interior, pero con el buzo rojiblanco. Mendaro había venido a jugar a Frontera y compartió la casaca Nº 1 de nuestra selección celeste con César Rodríguez Barboza.
Ese grupo lo integraban, además, Hugo Acosta, Julio Fierro, Basilio Gómez, Orosmán Pérez, Ademar Olivera, Baltazar Gómez, Dirney Silva, Gerardo Pérez, Miguel Martins, Darcy Martínez, Rogelio Rivero, Luis Eduardo Rodríguez, Miguel Ángel Correa.
También estaba en ese plantel Hugo Eduardo de León, muy joven aún, pero que tuvo oportunidad de ingresar en algunos encuentros.
Conjuntamente con el Campeonato del Interior de ese año, se llevó a cabo el certamen Confraternidad Interior-Capital. Estaba determinado que participaran los cuatro campeones regionales y los cuatro primeros del Campeonato Uruguayo Profesional.
Se integraron dos series, una de ellas con Nacional, Defensor, Durazno y Rivera. En la otra: Paysandú, Lavalleja, Wanderers y Peñarol.
La celeste debutó en el certamen el 12 de febrero jugando en el Estadio Luis Franzini ante Defensor, logrando un valioso empate en un gol por bando. Luego la celeste recibió a Durazno en casa, ganando por dos goles a uno.
El tercer partido se disputó con lleno total del “Atilio Paiva Olivera” ante Nacional el 18 de febrero. Aquellos juveniles de Nacional, que tanto prometían a mediados de la década de 1970 y se consagraron campeones uruguayos en 1977, eran la atracción en el fútbol uruguayo y llegaban a nuestra ciudad.
Hubo un gran destaque para Juan Ramón Carrasco, entonces con 21 años, figura del equipo y autor de 12 goles en los 22 partidos del torneo. Seguramente, el mejor momento de Juan Ramón con la camiseta tricolor.
El gran equipo tricolor que alcanzó la cumbre mundial en 1971 se desarmó rápidamente bajo el peso de la crisis económica, que obligó a transferir al exterior a todo el plantel salvo al capitán Luis Ubiña, ya veterano. Ese equipo de Nacional vino a nuestro estadio y derrotó a la celeste por tres goles a uno.
La celeste estuvo integrada, ese día, por César Rodríguez, Barboza, Hugo César Acosta, Julio Fierro, Basilio Gómez, Gerardo Pérez, José Rodríguez, da Cruz, Darcy Martínez, Dirney Silva, Miguel Martins, Luis Eduardo Rodríguez y Miguel Ángel Correa.
En el “Silvestre Octavio Landoni” perdimos la revancha ante Durazno por dos a uno. En el Estadio Centenario de la capital del país, Nacional nos volvió a ganar y en esta oportunidad por tres a cero.
Pero la gran historia, de la que habría que haberse escrito una “novela” fue la revancha ante Defensor, que debió haberse jugado en nuestra casa.
Había mucha expectativa porque el equipo violeta, con la conducción de Mario Patrón venia jugando con toda su plantilla titular que integraban: Fernando Alvez (golero de la selección uruguaya) y el tacuaremboense Freddy Clavijo como guardametas; Liber Arispe, Ricardo Conde, Washington González, Baudilio Jáuregui, Beethoven Javier, el arachán Francisco Salomón, todos ellos defensas.
Los medios: Alfredo Cáceres, Gerardo Caetano, hoy historiador y politólogo, Pedro Graffigna, Daniel Mayol, Ricardo Ortiz, Gregorio Pérez, Miguel Ángel Puppo y el sanducero José Gómez. Los delanteros eran: Rodolfo Rodríguez, Alberto Santelli, Pedro Álvarez y Rudy Rodríguez.
Ese partido debió haberse jugado el 23 de febrero, pero Defensor señaló que no había logrado contratar un avión para llegar hasta nuestra ciudad. Rivera reclamó los puntos de ese encuentro ante la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que ni siquiera respondió y volvió a fijar el encuentro, en esta oportunidad para el 26.
No hubo ninguna información previa y la gente comenzó a llegar al estadio con la esperanza de ver un buen partido. Los violetas nunca llegaron, a pesar que estaban no solo los aficionados sino que los celestes prontos y la terna arbitral también.
Luego, Defensor comunicó que había salido desde Montevideo pero que el avión no había podido aterrizar en nuestra ciudad debido a la gran cantidad de agua que había en la pista y debieron retornar a Montevideo.
Hubo un nuevo reclamo de la Liga de Rivera ante la AUF. Nuevamente ni siquiera hubo una respuesta al respecto, pero además el resultado no modificaba, para nada, el resultado final de nuestra serie, que fue ganada por Nacional.
Además de los jugadores ya mencionados, en ese torneo también defendieron a la celeste Orosmán Pérez, Julio César Ferreira, Rogelio Rivero y Baltazar Gómez, entre otros.
Pero la desprolijidad del campeonato Confraternidad no se limitó solamente a este hecho del partido entre Rivera y Defensor que nunca se jugó sin que finalmente quedara indefinido. Wanderers fue el campeón de la otra serie y debió haber jugado ante Nacional por el título.
Jugaron un encuentro, lo empataron en un gol por bando, pero como no había nada decidido al respecto, no se jugó alargue, no se remataron penales y tampoco se jugó un nuevo encuentro. Un título que quedó indefinido.

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