Rivera, jueves 21 de noviembre de 2024

Consternación, llanto y amargura por la despedida a un niño de 15 años

Nunca se espera la muerte de un chico de apenas 15 años de edad; el chico -se cree- debería sobrevivir a sus padres, a nosotros, los adultos que lo vimos crecer.
Uno espera ver a los chicos crecer, desarrollarse, divertirse, hacer deportes, casarse y tener hijos propios, antes de que uno salga de sus vidas.
Cada vez que un niño muere, no solo pierde a ese chico, sino también a su mundo supuesto – sus creencias sobre cómo debería ser el mundo. No es de extrañar entonces que la muerte de un joven de cualquier edad complique el dolor. Es una pérdida muy difícil.
No puedo ofrecer palabras para explicar tal pérdida. Nadie podría hacerlo. Todo puede parecer una neblina o un mal sueño. A veces es común negar o no creer la pérdida. Todo puede parecer confuso o irreal.
Pero lo concreto, lo que nos pasó fue que nos quedamos sin palabras, con la computadora encendida, la pantalla en blanco, los dedos sobre el teclado, pero sin saber cómo empezar, qué explicar, cómo informar.
Un gurí que lo vimos en el fútbol infantil, que un día ya pasaba a la Liga mayor y se iniciaba en el fútbol juvenil, lleno de vida, fuerte, amigo de los amigos, compañero en el liceo y en la cancha y querido por todos porque Bruno Gabriel se hizo querer como para que hoy lo extrañemos y es que si supiéramos este final quizás no nos hubiéramos acercado tanto para que el dolor no fuera tan grande.
Hoy nos sentimos impotentes ante la muerte porque todos sabemos y hasta queremos irnos antes que los más jóvenes, es para eso que estamos preparados, para despedir a nuestros mayores, nunca a nuestros menores.
Hoy y siempre te vamos a extrañar por ser como eras, como seguís siendo en el corazón de todos aquellos que tuvieron la posibilidad de tenerte entre su grupo de amigos.
Chau Bruno Gabriel Núñez Suárez, hoy la selección del cielo se lleva a una de las promesas de nuestro fútbol y nos deja, a nosotros, a Oriental y a la celeste, sin un gran jugador y mejor persona.
Descansa con la seguridad que dejaste huella a pesar de tus jóvenes 15 años. ¡Hasta siempre!

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